La Cámara se reunió para definir la situación de la magistrada que está aferrada a su cargo a la espera de un aval del Senado que no llega
Por la jueza Figueroa se reunieron y pasan a cuarto intermedio
l máximo tribunal penal se reunió este martes para abordar un tema que, según describen fuentes judiciales, ya es «insostenible». Se trata de las autoridades que integran la Casación Federal, y el foco de ese debate es la situación en la que se encuentra la jueza Ana María Figueroa, quien asumió la presidencia de la Cámara en enero pero a la espera de que el Senado apruebe su prórroga para no jubilarse como indica la Constitución. A pesar de que el Congreso no la habilitó a seguir en su cargo, la jueza afín al kirchnerismo informó hace un mes que no cumplirá sus funciones como jueza pero continuará en el cargo.
Luego de varias horas de plenario entre todos los camaristas -incluida Figueroa-, pasadas las 13 decidieron pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles a las 13, mientras la jueza admitía analizar el pedido de una licencia extraordinaria.
El cuarto intermedio responde a una sugerencia planteada por uno de los jueces, Alejandro Slokar, quien sostuvo que no podía negarse la condición de jueza de Figueroa.
Urgencia y disidencias para resolver lo de la jueza Figueroa
Sin embargo, la propuesta tuvo su resistencia: los jueces Carlos Mahiques, Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Guillermo Yacobucci se opusieron a pasar al cuarto intermedio, entendiendo la urgencia de resolver la situación en el marco del plenario.
Aunque el escándalo de Figueroa lleva casi un mes, la discusión se tensó aún más cuando este domingo pasada Clarín dio a conocer que la magistrada percibió la totalidad de su salario pese a no haber ejercidos las funciones correspondientes al cargo.
En medio de esa circunstancia, fueron varios los jueces de Comodoro Py que manifestaron su malestar por la decisión del Consejo de la Magistratura -responsable de la liquidación de los haberes del Poder Judicial-.
Uno de los aspectos señalados en varios despachos de los Tribunales de Retiro, es que las funciones de la presidencia de la Casación se están cubriendo como las tareas correspondientes a la Sala I que integra Ana María Figueroa también están a cargo de los otros dos jueces, Daniel Petrone y Diego Barroetaveña.
Ante esa situación lo que consideraron es que sin haberse pedido una licencia hasta tanto el Senado determine si dará tratamiento o no al pliego para que pueda continuar durante cinco años más en la Justicia, Figueroa ya «cesó en sus funciones». Esto es: debe jubilarse como indica la Constitución Nacional que es la que determina la edad tope siempre y cuando se acepte la prórroga por parte del Poder Ejecutivo, se apruebe en el Senado y se publique en el Boletín Oficial.
n este telón de fondo, y sin haber estado prevista, las autoridades de la Cámara de Casación se reunieron en lo que fue un donde el clima de tensión estuvo presente. Se buscaba «atender cuestiones vinculadas a las autoridades y subrogancias».
El cargo que dejó de ocupar Figueroa es cubierto ahora por el vicepresidente del máximo tribunal penal, Mariano Borinsky. Se discutió también la cobertura del cargo vacante, ya que la jueza no cumple sus funciones como camarista.
Del plenario participaron la totalidad de los integrantes del máximo tribunal penal, incluida Ana María Figueroa.
Cuando se comenzó a hablar sobre las autoridades y subrogancias de los cargos vacantes en la Casación, la jueza Figueroa pidió la palabra. En ese contexto reiteró sus argumentos por los que considera que debe continuar en el cargo a la espera de que el Senado apruebe su pliego.
Según pudo reconstruir Clarín de fuentes judiciales, la magistrada insistió en que el trámite parlamentario no está concluido y que debe esperarse a que el mismo finalice tras su debate en el recinto de la Cámara Alta.
Agregó otro punto a sus fundamentos y señaló a sus pares de que buscaban «correrla» por ser «la única mujer» integrando la Casación. Hay otra jueza en la Cámara, Ángela Ledesma, que se encuentra actualmente de licencia.
Este criterio denunciado por Figueroa fue rechazado por la totalidad de los magistrados presentes en el plenario. «La discusión no tiene nada que ver con una cuestión de género sino con un hecho concreto, cumplió los 75 años y el trámite de su prórroga no se completó, debe cesar en sus funciones», fue el mensaje que se reiteró durante el encuentro.
Lo que remarcaron varios camaristas a Figueroa es que su situación, entendida como «inédita e improcedente», impide el normal funcionamiento no sólo de la Sala I que integran sino «la administración de justicia, las causas que tramitan en la sala se retrasan ante esta situación y ya pasó un mes», indicó uno de los magistrados.
En medio del debate y de la firme decisión de la mayoría de sus colegas respecto a la idea de que ella debe cesar en sus funciones, Figueroa propuso volver a ejercer las tareas propias del cargo. Ante esa sugerencia, sus pares le reiteraron que «la discusión no es sobre el trabajo, sino sobre la edad cumplida y que la prórroga no se aprobó en el Congreso».
El encuentro tuvo como eje central el tiempo: no sólo el transcurrido desde que Ana María Figueroa decidió no ejercer sus funciones de jueza y no dejar el cargo, sino el estipulado desde que cumplió la edad jubilatoria a la luz de la Constitución Nacional.
Fue en ese contexto que el camarista Slokar indicó que no se puede negar la condición de jueza que aún reviste Figueroa y en el marco de ese análisis se planteó la posibilidad de que se tome una licencia.
Esa «solución intermedia» como calificaron algunos magistrados, permitirá en principio cubrir el cargo con una suborgancia -que se sortea entre los jueces de la Casación- ya que la presidencia de la Cámara la asume el vice actual que es Mariano Borinsky.
La situación de Figueroa
El kirchnerismo, desde unos meses antes de que la jueza cumpliera los 75 años, intentó salvarla en el Congreso. Para seguir en su cargo necesitaba que el Senado vote su pliego y la habilite para seguir ejerciendo. De lo contrario, tenía que jubilarse.
Pero aunque lo intentó en dos oportunidades por impulso de la vicepresidenta Cristina Kirchner, no consiguió los apoyos necesarios. En ese mismo paquete, los K también impulsaban los pliegos de 75 jueces.
Sin el acuerdo del Senado, a Figueroa no le quedaba otra posibilidad que renunciar. Pero la magistrada se rebeló y dijo que iba a seguir en su cargo sin ejercer funciones y cobrando su sueldo. Hubo quejas y reclamos de varios sectores judiciales, pero nadie hizo nada. Recién ahora sus colegas de Casación -luego de que se conociera que sigue cobrando su sueldo de 3.7 millones de pesos sin descuentos de Ganancias- activaron una reunión de urgencia para definir su situación.
La magistrada es una de las que tiene que definir en los casos Hotesur y Los Sauces que involucran a Cristina Kirchner y sus hijos Máximo y Florencia.