En una ola de protestas que se extendió por todo el país, los ciudadanos argentinos se levantaron en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) anunciado por el presidente Javier Milei. En Córdoba, la policía local reprimió a cientos de manifestantes que se habían reunido en la zona de Patio Olmos, desatando una ola de indignación.
Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, una multitud de manifestantes se congregó cerca del Congreso Nacional, golpeando cacerolas en la vereda y aprovechando los semáforos rojos para desplegarse en la calle. A la misma hora, otros manifestantes se reunieron en la Plaza de Mayo, sumándose a la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), que realizaba una “marcha de antorchas” en reclamo del reconocimiento profesional de su actividad.
Los cánticos de “La casta no es el pueblo” y “Unidad de los trabajadores, al que no le gusta se jode” resonaban en la Plaza, acompañados por aplausos y el ruido de las cacerolas. En la explanada del Congreso y en la Plaza del Congreso, los manifestantes continuaban golpeando las cacerolas en la vereda, ocupando la calle cuando el semáforo de la Avenida Callao se lo permitía.
Las protestas se extendieron a otras partes del país, incluyendo Viedma, donde los vecinos se reunieron en la plaza San Martín y marcharon por las principales calles de la capital rionegrina. En Jujuy, los manifestantes se congregaron en la Plaza Belgrano y en la plaza central de Tilcara, expresándose en “defensa de la democracia, de la soberanía, de la división real de poderes y de los derechos consagrados”.
Las protestas contra el DNU también se replicaron en las localidades bonaerenses de Morón y San Miguel, y en las ciudades de Mar de Ajo, Mar del Plata, Bariloche, Ushuaia, Córdoba, Junín, Resistencia, entre otras. En medio de esta ola de descontento, los ciudadanos argentinos continúan luchando por sus derechos y su democracia.