El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, ha elevado el tono de confrontación con el gobierno de Javier Milei al cuestionar enérgicamente la difusión de listas de supuestos “traidores” que votaron en contra de la Ley Ómnibus, entre los cuales se encuentran los diputados de su provincia.
Llaryora, de origen peronista, ha dejado claro que no se arrodillará ante el oficialismo nacional y ha rechazado la ofensiva dirigida a los líderes del interior que votaron en contra y forzaron la retirada del proyecto. En sus palabras: “No voy a entregar el interior productivo”.
En medio de esta controversia, el gobernador ha aprovechado los festejos de carnaval para expresar su posición. Ha señalado que las críticas son parte de la vida pública, pero ha condenado la creación de listas de “traidores” como si fueran un “pabellón de fusilamiento”. Además, ha defendido la importancia de los festivales y la cultura en la identidad cordobesa.
Es evidente que la tensión política y las diferencias de opinión persisten en el escenario argentino, y figuras como Llaryora están decididas a mantener su postura en defensa de su provincia y su gente.