Toto Caputo era visto como una estrella en ascenso dentro del gobierno. Proveniente de un paso exitoso por el mundo de las finanzas, aunque para él.
Caputo llegó al Ministerio de Economía con una imagen de joven y brillante tecnócrata (en tiempos de Macri), capaz de resolver los complejos desafíos económicos que enfrentaba el país (recordemos que tampoco lo logró, porque se fue a Brasil, donde se mostraron las fotos del mencionado en sunga).
Su estilo desenfadado y su presencia en las redes sociales, donde se mostraba como un «rockstar» de la política económica, lo convirtió rápidamente en una figura mediática, para el que no recordara su paso por el Gobierno de Macri.
Caputo se volvió un habitual en programas de TV y acumuló una gran cantidad de seguidores en Twitter e incluso en TikTok, donde se lo veía bailando y haciendo bromas.
El presidente Milei lo veía o lo sigue viendo como parte de su «misión divina» de renovar la imagen argentina y conectar con las nuevas generaciones. Caputo parecía ser la encarnación perfecta de ese objetivo, con su mezcla de conocimientos y carisma.
La crisis económica y la caída de Caputo
Sin embargo, la euforia inicial pronto se vio opacada por la dura realidad económica que niega el Gobierno o la suaviza son medios muy adictos. Las variables macroeconómicas se descontrolaron, con una inflación desbocada, un tipo de cambio volátil y una desconfianza creciente de los mercados.
Caputo, que había prometido dominar la situación con su pericia, se vio superado por la magnitud de los desafíos. Sus intervenciones públicas, antes celebradas, comenzaron a ser criticadas por su falta de efectividad y su tono cada vez más confrontativo.
La vieja rivalidad con su antecesor, Sturzenegger, resurgió con fuerza (o eso nos hacen creer, porque es otro de la época de Macri), con ambos economistas, acusándose mutuamente de ser los responsables de la crisis, ahora libertos ¿Qué harán para decir que son distintos entre sí? Además, se filtraron rumores de tensiones y «ruidos internos» dentro del gobierno liberto, con sectores que cuestionaban el liderazgo de Caputo.
La ocasión de un «rockstar» devaluado: CAPUTO
Los mercados, cada vez más desconfiados, dejaron de responder a sus anuncios y medidas. La apuesta por la «Fase 2» de su plan económico, presentada como la solución definitiva, fue recibida con escepticismo y no logró calmar la incertidumbre.
Finalmente, la crisis económica y la pérdida de credibilidad de Caputo terminaron por sostener su posición dentro del gobierno. Ahora se dice que Milei ya buscar alternativas.
Conclusión: de estrella a rockstar que se devalúa
La historia de Toto Caputo es la de un ascenso meteorológico y una caída aún más vertiginosa. Pasó de ser visto como la solución a los problemas económicos a convertirse en un «rockstar devaluado», incapaz de controlar.
Su caso ejemplifica los desafíos que enfrentan los líderes políticos en tiempos de crisis económica, donde el carisma y la imagen pública no son suficientes para resolver problemas estructurales.
Caputo aprendió de la peor manera que ser un «rockstar» no basta cuando la realidad económica se impone con toda su crudeza.