Este sábado, la plaza Italo Di Stefano se llenó de risas, música y diversión para celebrar el Día del Niño.
Cientos de familias aprovecharon el hermoso clima para disfrutar de este evento organizado por la municipalidad de la Capital, que no escatimó en detalles para hacer de este día algo verdaderamente especial.
Desde las 15 horas, los más pequeños fueron recibidos con los brazos abiertos por el personal municipal, quienes les entregaban bolsas repletas de juguetes y golosinas. El ingreso libre y gratuito permitió que todos los niños de la ciudad pudieran participar y llevarse un recuerdo de este día tan especial.
La plaza se transformó en un paraíso infantil con decenas de juegos que mantenían a los niños entretenidos durante horas. Mientras tanto, los adultos podían disfrutar de un sabroso chocolate con facturas, creando el ambiente perfecto para compartir en familia.
El escenario principal fue el corazón de la fiesta, con bandas musicales para todos los gustos. Desde grupos infantiles hasta artistas reconocidos por el público, la música no paró en toda la tarde, añadiendo ritmo y alegría a la celebración.
Pero sin duda, el momento más emocionante fue el sorteo de premios. Los niños, con sus números de ingreso, participaban con ilusión, especialmente por la posibilidad de ganar una de las 40 bicicletas que el municipio había puesto en juego. Estos codiciados premios se convirtieron en el sueño de todos los presentes.
Esta celebración del Día del Niño no solo fue un evento lleno de diversión, sino también una muestra del compromiso de la municipalidad con las familias de la Capital. Crearon un espacio donde los más pequeños pudieron ser los protagonistas, regalándoles un día lleno de sorpresas y alegría.
En tiempos donde la tecnología a menudo nos distancia, eventos como este nos recuerdan la importancia de crear momentos especiales en familia, de jugar al aire libre y de compartir risas y abrazos. La plaza Italo Di Stefano se convirtió, por un día, en el lugar más feliz de la ciudad, dejando recuerdos que perdurarán en el corazón de todos los que asistieron.
Que esta celebración sea un recordatorio de la importancia de valorar y celebrar la infancia, no solo un día al año, sino todos los días. Porque en la sonrisa de un niño está la esperanza de un futuro mejor.