El sistema científico argentino se enfrenta a una grave crisis de financiamiento que pone en riesgo el futuro de la investigación en el país. A pesar de existir importantes fondos disponibles para financiar programas científicos, estos recursos permanecen congelados sin ser ejecutados.
Según una investigación realizada por la Unidad de Investigación de elDiarioAR, existen al menos 53 millones de dólares aportados por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial que están paralizados desde diciembre de 2023. Estos recursos, destinados a programas científicos y tecnológicos, estratégicos, no se están desembolsando debido a decisiones políticas, no a problemas económicos o financieros.
La Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+I), el principal organismo encargado de financiar proyectos científicos en el país, ha sufrido un recorte presupuestario del 65,1% en 2024. Sin embargo, los fondos que le corresponden siguen estando disponibles en las cuentas bancarias sin ser utilizados.
En un contexto de becas canceladas, despidos, universidades con problemas para cubrir gastos básicos y un presidente que niega el cambio climático y desvaloriza a la ciencia, los investigadores se ven obligados a poner de su propio bolsillo para poder sostener sus laboratorios y continuar con sus líneas de trabajo.
La decisión de no financiar a la ciencia parece ser una decisión política, más que una necesidad económica. Según la expresidenta de la Agencia I+D+I, Alicia Caballero, lo que se busca es que «la ciencia esté al servicio del desarrollo productivo», dejando de lado el financiamiento de investigaciones básicas y proyectos científicos que no tengan una aplicación práctica inmediata.
Esta situación pone en grave riesgo el futuro del sistema científico argentino, que se enfrenta a la incertidumbre sobre la continuidad de sus proyectos y la posibilidad de mantener equipos de investigación consolidados. Urge una respuesta integral del Estado que garantice el financiamiento sostenido de la ciencia, como motor del desarrollo y el progreso del país.