En una reciente y controvertida sesión, el Gobierno, con el respaldo del macrismo, logró mantener el veto a la ley de financiamiento universitario. Este veto, que ha generado un intenso debate, se sostiene en la premisa de proteger el equilibrio fiscal, una piedra angular del plan económico actual.
La Alianza Inesperada
Los libertarios, liderados por Javier Milei, consiguieron sumar 85 votos, gracias a un sector de la Unión Cívica Radical (UCR) y a los tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo.
Esta alianza fue crucial para sostener el veto, ya que la ley proponía un aumento salarial retroactivo a enero, ajustado por inflación, lo que, según la Casa Rosada, ponía en riesgo el equilibrio fiscal.
El Rol de los Gobernadores
Los gobernadores jugaron un papel fundamental en este escenario. La intervención de Mauricio Macri fue determinante para alinear a la bancada del PRO, que estaba dividida por tensiones internas.
Algunos miembros del PRO consideraban que la crisis con los gremios docentes había escalado debido a la falta de negociación, y que el costo de la ley no comprometía realmente el equilibrio fiscal.
Un Debate que Continúa
A pesar de las aclaraciones y defensas durante la sesión, el bloque del PRO, liderado por Cristian Ritondo, apoyó mayoritariamente al Gobierno, argumentando la necesidad de ajustar el gasto y reducir el déficit.
Sin embargo, la oposición sigue firme en su postura de que la educación pública debe ser una prioridad, y que el veto es un golpe a los derechos de los trabajadores universitarios.