Según datos preliminares, el candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, obtuvo casi el 45% de los votos en las elecciones presidenciales uruguayas.
Sin embargo, este resultado no le alcanza para ganar en primera vuelta, por lo que deberá enfrentar al candidato de la coalición de centro-derecha, Álvaro Delgado, en un balotaje el próximo 24 de noviembre.
Si bien Orsi logró sacar una ventaja significativa de 17 puntos sobre Delgado, la suma de los partidos de la llamada «Coalición Multicolor» supera por 3 puntos al Frente Amplio. Esto augura un escenario de balotaje muy parejo y disputado.
Otro factor relevante es la composición del Congreso, donde el Frente Amplio se perfila como primera minoría en el Senado, mientras que la coalición oficialista tendría una estrecha ventaja en Diputados. Esta fragmentación del poder legislativo dificultará que el próximo presidente, sea quien sea, pueda avanzar en reformas sin necesidad de negociar con los otros bloques.
En este contexto, tanto el Frente Amplio como el oficialismo se preparan para una segunda vuelta «muy dura». El Frente Amplio confía en el recorrido territorial y el debate presidencial de Orsi, mientras que el gobierno apuesta a un mayor protagonismo del actual presidente Lacalle Pou para trasladar su imagen a su candidato.
La elección uruguaya se perfila como un interesante test para la región, con la posibilidad de que la izquierda recupere el poder luego de cinco años de gobierno de centro-derecha.