La reciente salida de Diana Mondino de la Cancillería ha generado un gran revuelo en el ámbito político argentino. Según fuentes del Palacio San Martín, se sospecha que Karina Milei y Nahuel Sotelo estaban al tanto de la votación en Naciones Unidas a favor de Cuba, lo que ha desatado rumores de traiciones y más cambios en secretarías y embajadas importantes.
El presidente Javier Milei decidió pedir la renuncia de Mondino tras la polémica votación en la ONU, donde Argentina apoyó una resolución en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba. Esta decisión sorprendió a muchos, ya que se esperaba que el país se alineara con sus principales aliados, Estados Unidos e Israel.
La salida de Mondino no solo refleja las tensiones internas dentro del gobierno, sino que también abre la puerta a una serie de cambios en la estructura de la Cancillería. Se espera que Gerardo Werthein, actual embajador en Estados Unidos, asuma el cargo de canciller en los próximos días. Además, se rumorea que habrá más desplazamientos en secretarías y embajadas clave, lo que podría reconfigurar el panorama diplomático argentino.
La situación ha generado incertidumbre y desconfianza entre los diplomáticos de carrera, quienes ven con preocupación los movimientos y decisiones del gobierno. La intervención de Karina Milei y Nahuel Sotelo en la Cancillería ha sido vista como un intento de homogeneizar las posiciones argentinas en los foros internacionales, siempre alineadas con Estados Unidos e Israel y en contra de la agenda 2030 de Naciones Unidas.
En medio de este clima de incertidumbre, el gobierno busca consolidar su política exterior y asegurar que las decisiones diplomáticas reflejen los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales. La llegada de Werthein a la Cancillería y los posibles cambios en las secretarías y embajadas serán cruciales para definir el rumbo de la política exterior argentina en los próximos meses.