Los votantes de la pequeña localidad de Dixville Notch, en Nuevo Hampshire, acudieron a las urnas durante la madrugada de este martes, marcando así el inicio oficial de la jornada electoral para los comicios presidenciales de 2024 en Estados Unidos.
Seis electores inscritos en esta comunidad emitieron su voto a medianoche, siguiendo una tradición que se remonta a décadas. En medio de reforzadas medidas de seguridad por temores a posibles brotes de violencia, la gran mayoría de colegios electorales a lo largo del país abrieron sus puertas esta mañana y permanecerán abiertos hasta la noche.
Decenas de millones de estadounidenses ya habían votado de forma anticipada, ya sea presencialmente en los centros de votación o por correo. Según datos de la Universidad de Florida, hasta el lunes por la noche, más de 82 millones de ciudadanos habían depositado sus votos.
El candidato republicano, Donald Trump, aseguró que reconocerá la derrota si las elecciones son «justas», aunque se mostró preocupado por el uso de las máquinas de votación electrónica. Por su parte, la candidata demócrata Kamala Harris y Trump advirtieron sobre las potencialmente catastróficas consecuencias que tendría la elección del otro.
Analistas consideran que estas elecciones son unas de las más polarizantes en la historia reciente de Estados Unidos, dada la gran división entre los votantes en temas clave como la economía, la inmigración y el aborto. Existe también el temor a que los resultados puedan desembocar en episodios de violencia.
Algunos electores, como Annmarie Pintal y Scott Maxwell de Dixville Notch, hicieron un llamado a la unidad y la elegancia, independientemente de quién resulte vencedor