A medida que se acercan las celebraciones de fin de año, recordamos a toda la comunidad la vigencia de la Ordenanza N° 2826, que prohíbe el uso, comercialización y tenencia de pirotecnia en el departamento desde el 20 de diciembre hasta el 10 de enero. Esta normativa, sancionada en 2017, tiene como objetivo principal prevenir accidentes, reducir el impacto ambiental y proteger tanto a las personas como a los animales.
El uso de pirotecnia ha demostrado ser una práctica riesgosa. Los ruidos que generan estos artefactos pueden superar los 120 decibeles, un nivel que no solo es doloroso para el oído humano, sino que también provoca daños irreversibles en la salud auditiva. Además, los accidentes relacionados con la manipulación de estos productos afectan principalmente a niños y adolescentes, y los incendios derivados de su uso pueden ocasionar pérdidas materiales y ambientales significativas.
Otro punto clave de la normativa es la protección de los animales domésticos y silvestres, quienes padecen episodios de estrés, desorientación e incluso enfermedades causadas por el ruido y las explosiones. Asimismo, la contaminación que genera la pirotecnia representa una amenaza para el entorno natural que todos debemos preservar.
Desde el municipio alentamos y apelamos a la reponsabilidad de los jachalleros, optando por festejos que respeten la tranquilidad de las personas, especialmente de quienes padecen enfermedades, y el bienestar de los animales.