Según un grupo de dirigentes disidentes del chavismo, Venezuela se encamina a convertirse en una dictadura a partir del 10 de enero de 2025, cuando Nicolás Maduro asuma como presidente tras un proceso electoral cuestionado.
Antonio González Plessmann, vocero del movimiento político Comunes, explicó que el país «pasará de un régimen híbrido, autoritario, pero que ritualmente recurría a algún tipo de legitimación democrática, a un régimen que prescinde de la voluntad de las mayorías».
Comunes se define como una alternativa de izquierda frente al madurismo y a la oposición de derecha. Consideran que el gobierno de Maduro ha realizado un «giro neoliberal» y renunciado a las garantías democráticas previstas en la Constitución de 1999.
Plessmann señaló que el nuevo gobierno de Maduro será «una dictadura sostenida por las Fuerzas Armadas y sectores de la burguesía», luego del «fraude electoral» del 28 de julio pasado. Advirtió que, si bien las protestas y el rechazo popular persisten, falta la articulación de una oposición de izquierda que pueda disputar el poder en ese contexto.
En este escenario, el vocero de Comunes consideró que la postura de los presidentes Lula de Brasil y Gustavo Petro de Colombia, buscando abrir canales de diálogo con el gobierno venezolano, es la más apropiada para «recuperar la democracia», en contraposición a quienes apuestan por «invasiones, nuevas sanciones o golpes de Estado».