Parece que el expresidente Macri se metió en un buen lío con sus propias tropas del PRO. Lo acusan de haberse «entregado» a Milei como un Neville Chamberlain cualquiera, en lugar de plantar una resistencia de Winston Churchill.
Dicen que con esta movida Macri sentenció la «muerte» del PRO, dejándolo a merced de los «impresntables liberotarios» de Milei. Hasta los propios aliados del partido amarillo salen a pegarle duro al exmandatario, calificándolo de «kirchnerista de derecha».
Vaya y viene la pelea interna. Parece que el viejo Macri ya no tiene el control del PRO como antes y sus soldados no le perdonan que haya firmado la «rendición» ante el implacable Milei. Al final, se lo acusa de priorizar sus negocios y su impunidad por sobre los intereses del partido. Nada sorprendente en este mundillo político, a fin de cuentas.