Los devastadores incendios forestales en torno a Los Ángeles siguen propagándose, con al menos 11 personas fallecidas y 13 desaparecidas hasta el momento. Las autoridades han tenido que salir a defender su manejo de la emergencia.
Funcionarios clave, como el alcalde y el jefe de bomberos, han afirmado que los recursos se movilizaron desde otras partes de California y que la prioridad fue proteger a la ciudadanía. Argumentan que se trató de «un desastre natural» que sobrepasó la capacidad de respuesta, a pesar de los esfuerzos.
Por su parte, el jefe de policía reveló que ya se han realizado 22 arrestos por delitos como violación de toque de queda, saqueos y posesión de armas. Además, se ha desplegado un equipo de búsqueda y rescate con perros rastreadores para intentar encontrar a las personas desaparecidas.
Los incendios han consumido más de 22,000 acres y destruido alrededor de 5,300 estructuras. Más de 150,000 personas han sido evacuadas en el condado de Los Ángeles. Las autoridades advierten que los próximos días serán críticos con la amenaza de nuevos vientos fuertes.
Pese a las justificaciones, la respuesta de los servicios de emergencia enfrenta cuestionamientos. Los funcionarios han prometido revisar lo ocurrido una vez controlados los incendios, reconociendo que hay lecciones que aprender de esta catástrofe.