El gobierno de Javier Milei atraviesa una alarmante ola de renuncias y despidos entre sus altos funcionarios, lo que pone en evidencia graves problemas de gobernabilidad y una creciente inestabilidad institucional.
Según un revelador informe, en los primeros 400 días de gestión del mandatario libertario, nada menos que 112 funcionarios de alto rango, desde subsecretarios en adelante, han abandonado sus cargos. Esto significa que Milei ha perdido casi dos funcionarios por semana, o uno cada 3,6 días de gobierno.
Los sectores más afectados por estas salidas masivas son el Ministerio de Economía, liderado por Luis «Toto» Caputo, y el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello. Pero también se registraron bajas en áreas clave como Jefatura de Gabinete, Salud, Presidencia y otros organismos.
Esta constante rotación de cuadros cuestiona seriamente la capacidad del gobierno para mantener la continuidad y coherencia en la implementación de sus políticas. La prematura partida de funcionarios como el exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, y tres ministros, evidencia un clima de creciente inestabilidad e incluso desconfianza dentro del Ejecutivo.
Si bien el oficialismo atribuye estas salidas a «internas» y «sospechas de deslealtad», lo cierto es que el alto nivel de recambio parece indicar que Milei no logra consolidar un equipo sólido y comprometido con su proyecto. La falta de liderazgo y la incapacidad para generar consensos podrían estar detrás de esta debacle.
En un contexto de profunda crisis económica y social, la pérdida sistemática de funcionarios clave pone en riesgo la continuidad y eficacia de la gestión gubernamental. Más allá de los motivos políticos, esta situación envía una señal preocupante sobre la fragilidad del gobierno de Milei y su dificultad para mantener la gobernabilidad.