El discurso del presidente argentino Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos generó fuertes reacciones de la oposición política en su país. Diversos referentes lo acusaron de ser «totalitario», «conservador medieval» e incluso «nazi» por sus declaraciones contra la «ideología woke», el feminismo y la comunidad LGBTIQ+.
Durante su intervención, Milei instó a «eliminar el virus de la ideología woke» a la que calificó como «el cáncer que hay que extirpar». También criticó duramente al feminismo radical y la «ideología de género», llegando a decir que en «sus versiones más extremas» constituye «abuso infantil».
La diputada Margarita Stolbizer tildó estos dichos como «barbaridades y odio» que lo alejan de ser un liberal y lo convierten en un «conservador medieval». Por su parte, la senadora Anabel Fernández Sagasti afirmó que Milei busca «retroceder un siglo» para que «los fuertes y los superiores» dominen a los argentinos.
Otros opositores como Maximiliano Ferraro, Karina Banfi y Julia Strada calificaron los planteos del mandatario como «antiguo, discriminatorio», «totalitario» e incluso «racista, xenófobo y nazi».
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, debió salir a responder estas críticas, defendiendo que Milei simplemente expuso su «visión ideológica». No obstante, la oposición consideró inaceptable que el presidente argentino haya usado «ejemplos aberrantes y estigmatizantes» para descalificar a los colectivos LGBTIQ+ y feministas.
Esta controversia en torno a los dichos de Milei en Davos evidencia la profunda polarización política que existe en Argentina respecto a temas como diversidad de género, derechos humanos y el rol del Estado.