Según las primeras investigaciones realizadas por las autoridades de Chubut, el incendio que arrasó más de 3.000 hectáreas de bosque nativo en la localidad de Epuyén no fue un hecho accidental, sino un «atentado planificado e intencional».
El ministro de Seguridad y Justicia provincial, Héctor Iturrioz, aseguró que los peritajes iniciales detectaron «la presunta utilización de acelerantes» que habrían permitido que las llamas se propagaran rápidamente.
«Fue un evidente acto intencional que puso en peligro la vida de miles de familias, muchas de las cuales perdieron sus hogares por el accionar de un grupo de delincuentes», afirmó el funcionario.
La investigación descartó que el origen del incendio esté vinculado a un accidente relacionado con el tendido eléctrico. Por el contrario, se encontraron similitudes con el material utilizado en un ataque anterior en la Estancia Amancay, donde se arrojaron bombas molotov.
Iturrioz señaló que «se utilizaron materiales para que las llamas se propagaran con velocidad, provocando el desastre» y aseguró que «no van a parar hasta encontrar a los responsables de querer sembrar el terror en la provincia».
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, ha solicitado que «cada toma ilegal sea desalojada y sus responsables, llevados ante la Justicia». Las autoridades ahora están abocadas a identificar y detener a los autores de este grave ataque que dejó cuantiosos daños materiales y puso en riesgo la vida de cientos de personas.