La información versa sobre una nueva derrota legal sufrida por Argentina en su disputa con los acreedores que mantienen bonos en default desde la crisis de 2001.
La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la apelación presentada por el gobierno argentino, lo que permite a estos fondos de inversión ejecutar embargos por más de 300 millones de dólares.
La Corte Suprema de EE.UU. avaló un fallo previo que habilita a un grupo de acreedores u «holdouts» a embargar activos soberanos argentinos depositados en cuentas de la Reserva Federal de Nueva York, Alemania y Suiza. Se trata de fondos asociados a los bonos Brady emitidos en los ’90 y que entraron en default en 2001. En total, los acreedores tienen demandas y sentencias firmes por cerca de 450 millones de dólares, de los cuales lograrán embargar unos 310 millones.
La defensa argentina argumentaba que estos activos pertenecen al BCRA y no al Estado, por lo que deberían gozar de inmunidad soberana. Sin embargo, la jueza Loretta Preska rechazó este planteo al considerar que fueron utilizados previamente en actividades comerciales.
Este es el segundo revés judicial sufrido por Argentina en los últimos 3 meses, luego de una derrota en la Corte Suprema del Reino Unido por el caso del Cupón PBI. Para expertos, esta nueva derrota refleja la dificultad de Argentina para resolver sus pasivos externos, arrastrando un problema que ni los gobiernos de Macri ni de Alberto Fernández lograron solucionar.
En resumen, la Corte Suprema de EE.UU. falló a favor de los fondos de inversión acreedores de Argentina, habilitando el embargo de más de 300 millones de dólares depositados en cuentas del BCRA. Esto representa una nueva derrota legal para el gobierno argentino en su larga disputa con los «holdouts» de la deuda.