En la madrugada del jueves 6 de febrero, Matías Paredes, un joven de 26 años y padre de una niña de 3 años, fue asesinado a balazos por cinco policías de civil en el barrio Bosque Grande de Mar del Plata.
Paredes, que regresaba de la presentación de la nueva camiseta del Club Atlético Alvarado, fue interceptado por dos vehículos no identificables que lo persiguieron y dispararon sin previo aviso. Los policías, pertenecientes a distintas comisarías, no se identificaron y el caso está siendo investigado como homicidio agravado.
Este trágico incidente ha sacudido a la comunidad marplatense y ha puesto de relieve la falta de control y la impunidad que a menudo rodea a las fuerzas de seguridad.
La familia de Matías ha denunciado que los policías actuaron sin identificación y que el joven fue asesinado sin motivo aparente Las cámaras de seguridad del área han captado imágenes que serán cruciales para esclarecer el caso.
Las implicancias políticas de este asesinato son profundas. El gobernador -Kisillof- de Provincia de Buenos Aires, junto con el Partido Justicialista (PJ), enfrenta una creciente presión para tomar medidas concretas contra la violencia policial y garantizar la justicia para la familia de Matías.
Este caso ha resaltado la necesidad de reformas en el sistema de seguridad, además de pegar de lleno con la protesta reprimida por la POLICÍA BONAERENSE, a una semana en Moreno.
La comunidad está pidiendo transparencia y responsabilidad en la investigación y en las acciones tomadas contra los responsables, los cuales, son cinco y están libres. La respuesta del gobierno y del PJ, o quizá no responda nada, tal como sucedió en Moreno la semana anterior, Venían de un cambio en la cúpula provincial, la cual se realizó hace a penas dos días, por disposición del Gobernador en Mar del Plata.
El velorio de Paredes
Familiares y amigos dan el último adiós a Matías Paredes, el joven de 26 años asesinado por policías este jueves en Polonia y Fortunato de la Plaza, que hoy es velado en una casa funeraria de la zona.
Redoblantes y trompetas con canciones del Club Alvarado sonaron fuerte en Polonia al 1100, donde se despidió a uno de sus fanáticos. Bombo en mano, la madre de la víctima se sumó a la «caravana» entre llantos y gritos al cielo.