Javier Milei ha expresado su descontento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) debido a las presiones que este ejerce para devaluar el peso argentino.
El presidente argentino defiende su plan económico, argumentando que no se puede comparar con experiencias anteriores y que, a pesar de un déficit en cuenta corriente, se puede mantener un tipo de cambio estable.
En su reciente columna en el diario La Nación, Milei criticó a quienes argumentan que su política está generando un atraso cambiario.
Reiteró su creencia de que la devaluación no es la solución para ganar competitividad.
A su vez, su ministro de Economía, Toto Caputo, también ha abordado el tema, sugiriendo que los precios están adelantados y que la apertura comercial permitirá una deflación en dólares.
Sin embargo, el FMI ha emitido un comunicado que, aunque elogia algunos avances en la lucha contra la inflación, también menciona «desafíos» que requieren mayor coordinación en las políticas fiscal, monetaria y cambiaria.
Esto ha llevado a Milei a sentir que su plan es obstaculizado por el organismo, que a pesar de los cambios en su dirección, mantiene su enfoque crítico respecto al equilibrio de la cuenta corriente.
Milei, que inicialmente esperaba un cambio en la postura del FMI tras la salida de ciertos funcionarios, se ha dado cuenta de que el organismo tiene una visión estable sobre la necesidad de un ajuste cambiario.
A pesar de su insistencia en que la situación actual es diferente y que Argentina es un país rico, las voces críticas han crecido, incluyendo expertos que advierten sobre los riesgos de un modelo que podría llevar a una devaluación.
El presidente argentino sostiene que, en un futuro, el peso se apreciará debido a un aumento en la entrada de dólares, impulsado por inversiones en energía y minería.
Sin embargo, el déficit de cuenta corriente, que ha sido un problema persistente en la economía argentina, plantea serias dudas sobre la viabilidad de su estrategia.
A medida que el debate sobre el atraso cambiario se intensifica, parece claro que este será un tema central en la campaña electoral, desafiando la estabilidad de Milei y su plan económico.
La tensión entre sus propuestas y las recomendaciones del FMI continúa siendo un punto de fricción en su gestión.