La decisión del Gobierno de Javier Milei de suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para 2025 no solo sacude el calendario electoral, sino que revela una trama compleja de alianzas y fracturas en la oposición.
En el centro del debate, la Unión Cívica Radical (UCR) enfrenta una crisis interna histórica, mientras el oficialismo busca capitalizar su división para avanzar en su agenda.
La UCR: Entre sanciones, escisiones y diálogo con Milei
El radicalismo atraviesa una de sus peores crisis en décadas. Tras el apoyo de cinco diputados al veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria, la conducción partidaria suspendió preventivamente a cuatro de ellos, acusados de romper la disciplina interna y alinearse con el Gobierno 414. La fractura no se detiene ahí: un sector liderado por Facundo Manes y Martín Lousteau amenaza con escindirse del bloque oficial de la UCR en Diputados, debilitando aún más su capacidad de negociación frente a La Libertad Avanza 68.
Mientras Rodrigo de Loredo, jefe del bloque radical, intenta mantener la unidad, gobernadores como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes) priorizan su relación con Milei, generando tensiones entre el ala dialoguista y los sectores más opositores 8. Esta división no solo impacta en temas clave como el Presupuesto 2025 —donde la UCR pide ajustes en educación y jubilaciones—, sino que también facilita al Gobierno obtener apoyos críticos en el Congreso 611.
El Gobierno y su apuesta por el peronismo «no K»
Aunque la suspensión de las PASO ya recibió media sanción en Diputados con apoyo de radicales «rebeldes» y sectores del peronismo provincial, el Senado se presenta como un escenario más complicado. El oficialismo necesita 37 votos, y aquí entra en juego Unión por la Patria (UP), cuya bancada mantiene posturas divididas. Mientras Cristina Kirchner guarda silencio, gobernadores como Sergio Uñac (San Juan) respaldan la medida, argumentando el ahorro de costos.
La vicepresidenta Victoria Villarruel, clave en las negociaciones, logró compromisos de bloques dialoguistas como el PRO y sectores del radicalismo para avanzar con el proyecto 57. Sin embargo, la resistencia interna en UP —donde Axel Kicillof podría impulsar elecciones separadas en Buenos Aires— mantiene la incertidumbre.
¿Por qué suspender las PASO?
El Gobierno insiste en que las PASO son «costosas e innecesarias», pero detrás de esta medida hay una estrategia política clara:
- Debilitar a la oposición fragmentada: Sin internas, los partidos deberán negociar candidaturas unitarias, algo complejo para espacios como la UCR o el peronismo, hoy divididos.
- Fortalecer a LLA: Con menos competencia en las primarias, Milei busca consolidar su base sin desgastarse en batallas internas.
- Controlar el cronograma electoral: La postergación permite al oficialismo ganar tiempo ante un escenario económico crítico.
La izquierda y la advertencia sobre la democracia
El Frente de Izquierda (FIT) rechazó rotundamente la suspensión, denunciando que es un paso hacia un régimen «antidemocrático». Nicolás del Caño afirmó que la medida busca «perpetuar a Milei en el poder» y beneficiar a partidos con financiamiento privado ilimitado.
Esta crítica resuena en sectores académicos y sociales, que ven en las PASO un mecanismo de transparencia electoral ahora en riesgo.
¿Qué viene ahora?
El Senado será la próxima batalla. Allí, la UCR mantiene posturas ambiguas: mientras algunos senadores como Pablo Blanco (Tierra del Fuego) defienden las PASO como herramienta democrática, otros aliados a gobernadores podrían inclinarse por apoyar al Gobierno 7. Por su parte, UP intentará evitar que la fractura en Diputados se repita, aunque la libertad de acción de sus legisladores complica una posición unificada 13.
Mientras tanto, la sociedad observa con escepticismo. La suspensión de las PASO no solo redefine las reglas electorales, sino que expone cómo la crisis de los partidos tradicionales —empezando por la UCR— abre camino a un oficialismo que navega en aguas turbulentas con astucia táctica.
🔍 En conclusión: La suspensión de las PASO es más que una reforma electoral: es un termómetro de la debilidad opositora y la audacia de un Gobierno que, pese a su minoría parlamentaria, logra imponer su agenda. La pregunta que queda es si esta jugada fortalecerá a Milei o si, por el contrario, alimentará un descontento social que ya muestra fisuras