
Un escalofriante caso de trata de personas y explotación sexual salió a la luz en Santiago del Estero. Miguel Manuel Acosta, de 78 años, fue condenado a 8 años de prisión por haber sometido a su pareja, S.M.G., a una terrible situación de abuso y esclavitud durante tres décadas.
Según la denuncia de la víctima, cuando ella tenía 19 años y dos hijas pequeñas, Acosta la convenció de prostituirse, prometiéndole una mejor vida.
Sin embargo, la realidad fue aterradora: Acosta la obligó a trabajar en varios prostíbulos, principalmente en un local llamado «El Dominó» en La Banda, Santiago del Estero, pero también la rotaba por otros lugares como El Trébol en Santa Fe, Tandil en Buenos Aires y Córdoba.
La mujer declaró que nunca recibía el dinero que ganaba, sino que todo se lo quedaba Acosta, quien era su proxeneta y también de otras mujeres. En una ocasión, S.M.G. logró escapar hacia Tucumán, pero fue entregada de vuelta a Acosta por el dueño del prostíbulo «El Dominó».
Finalmente, después de 30 años de explotación sexual, la mujer logró denunciar a Acosta, quien fue condenado por el delito de «trata de personas por captar a la víctima en modalidad explotación sexual triplemente calificado».
Además, deberá pagar una reparación integral a la víctima de $7 millones de pesos argentinos por daños psicológicos y morales.
Este caso pone en evidencia la cruda realidad que enfrentan muchas mujeres víctimas de trata y explotación sexual, quienes se encuentran atrapadas en un círculo de violencia y abuso del cual es extremadamente difícil escapar.
La condena a Acosta es un paso importante, pero aún queda mucho por hacer para prevenir y erradicar este flagelo en la sociedad.