El presidente Javier Milei ha firmado un decreto para nombrar a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema de Justicia. Esta decisión se toma en un momento en que el tribunal solo tiene tres ministros, lo que impide que funcione con normalidad.
Milei explicó que estos nombramientos son temporales, y que su objetivo es asegurar que la Corte pueda desempeñar su labor adecuadamente mientras se espera la aprobación definitiva del Senado. El Gobierno destacó que el Senado no puede rechazar a los candidatos basándose en preferencias políticas personales, sino que debe evaluarlos por su idoneidad.
El proceso para nombrar a Lijo y García Mansilla comenzó en marzo de 2024, pero sus pliegos no fueron tratados por el Senado en los plazos establecidos. Debido a la falta de acción por parte de la Cámara Alta, Milei decidió proceder con los nombramientos en comisión, amparándose en la Constitución que le permite hacer estas designaciones cuando hay vacantes.
Este movimiento ha generado debate sobre la independencia del Poder Judicial y el papel del Senado en el proceso de selección de jueces. La situación sigue siendo monitoreada, ya que estos nombramientos podrían tener un gran impacto en la justicia argentina.