Con la intención de que todos los sanjuaninos –inclusive los turistas- puedan disfrutar del agua de los diques, desde la Dirección de Personas con Discapacidad, área del ministerio de Familia y Desarrollo Humano, se gestionó la construcción de las primeras sillas anfibias para hacer más accesible el ingreso a los lagos artificiales del dique de Ullum y del de Punta Negra, en un principio.
Justamente este viernes 28 de febrero se entregaron las dos primeras unidades adaptadas a personas que tienen movilidad reducida o discapacidades motrices.
El material será custodiado y puesto en funcionamiento por el personal de la Dirección de Deportes Náuticos, del ministerio de Turismo, Cultura y Deporte.
La cesión de 6 sillas anfibias es una acción del programa “Verano Inclusivo”, una iniciativa que pretende garantizar el acceso equitativo a actividades recreativas en la provincia y que fue anunciado por el gobernador Orrego, el 3 de diciembre pasado, para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
En ese marco, hasta ahora solo se había podido hacer pequeñas mejoras en los balnearios de los diques, que son zonas de alta demanda en los meses de verano. Pero la construcción de las sillas, es un paso más que significativo para la inclusión, ya que hasta el momento no existía material semejante.
Este viernes 28, a orillas del dique Punta Negra, se entregaron y probaron las dos primeras unidades: Lucía “Pelusa” Manrique, Cristina Aracena, Gustavo del Castillo, Santiago Tello y Guillermo Videla, que viven en la Residencia del Adulto Mayor tuvieron la posibilidad de dejar de lado sus bastones, sillas de ruedas y trípodes, para sumergirse al agua. También Santiago Nieva -que hace deporte adaptado- y Sebastián Fernández -triatlonista- cambiaron sus sillas de ruedas por la anfibia para disfrutar del espejo de agua.
Estuvieron presentes los ministros Carlos Platero -de Familia y Desarrollo Humano- y Guido Romero -de Turismo, Cultura y Deporte-, el subsecretario de Desarrollo Social, Miguel Blanquier; la directora de Personas con Discapacidad, Paula Moreno; la directora de la Residencia del Adulto Mayor, Fernanda Vives y el asesor del ministerio de Familia y Desarrollo Humano, Exequiel Pereyra; el subsecretario de Alto Rendimiento, Eduardo Cerimedo; el director de Políticas Educativas e Inclusivas, Julián Suraci y el director de Náutica y Deportes en contacto con la Naturaleza, Jorge Maldonado.
Estos dispositivos -que soportan hasta 150 kilos- son un elemento de apoyo y flotación para que personas con discapacidad motriz o movilidad reducida puedan llegar hasta la orilla e ingresar al agua, hasta la zona boyada. Se ha estipulado que los usuarios deberán estar asistidos por un familiar o persona a cargo mayor de 18 años que deberá acompañarlos permanentemente, además de la supervisión y guía de los guardavidas.
Las sillas anfibias tienen una medida de 1,40 de largo x 0,62 de ancho y su estructura es de acero liviano con un tratamiento doble de pintura especial, al horno, que las protege del sol y del agua dulce. Cuentan con ruedas de poliuretano -aptas y resistentes para poder circular sobre las piedras, desniveles, arena- cómodas butacas, cinturones de seguridad y flotadores profesionales en cada costado y detrás del respaldo que sirven para estabilizarlas. Como novedad, tienen un parasol o techo desmontable rebatible, para proteger a la persona del sol.
Un emprendimiento familiar para ir adelante Jonathan y su papá, Juan Carlos Goitia, tienen un emprendimiento familiar, en Santa Lucía, –llamado Style Bike- con el que pudieron suplir el trabajo en una fábrica de rodados, luego que quedaron despedidos. Tienen más de 25 años de experiencia en la fabricación de cuadros, ensambles, moldes, entre otras partes. Por eso cuando surgió la posibilidad de hacer estas sillas adaptadas no sólo fue un enorme desafío sino una posibilidad enorme, ya que -hasta ahora- solo había un único fabricante de estos dispositivos, que provee a toda la costa argentina y los balnearios del país.
“Hicimos un modelo que resultó interesante y al que seguramente vamos a seguir incorporando detalles para que todas las personas puedan llegar a un río o un dique, sin limitaciones, y poder disfrutar”, manifestó el emprendedor que además construye monopatines, manociclos, sillas para maratón -que fue utilizada en el Ironman-, aparte de bicicletas convencionales, bicicletas dobles para tándem (utilizadas por personas no videntes con un acompañante), tricicletas y bicicletas cuádruples.
“Todos tienen derecho a hacer deporte, actividad física, correr e inclusive recrearse, refrescarse y disfrutar. Esperamos que estas sillas sean de mucha utilidad para las personas con discapacidad y tengan su lugar como cualquiera en la sociedad”, comentó.