La expansión de un vertedero en Quebec que acepta desechos peligrosos de Estados Unidos ha desatado una disputa entre el gobierno provincial y líderes locales. Estos últimos se oponen firmemente a la idea de convertir una turbera local en un depósito de basura estadounidense. La controversia surge en un contexto de crecientes tensiones comerciales entre Canadá y Estados Unidos, exacerbadas por los aranceles impuestos por la administración Trump a productos canadienses.
La compañía estadounidense Stablex, que se dedica al tratamiento y almacenamiento de desechos peligrosos, busca expandir sus operaciones en Blainville, un suburbio de Montreal. Esta expansión ha encontrado resistencia por parte de las autoridades locales, que se niegan a vender terrenos municipales para facilitar el proyecto. La situación escaló cuando el ministro de recursos naturales y bosques de Quebec introdujo un proyecto de ley para forzar la venta del terreno, argumentando que el vertedero está a punto de quedarse sin espacio y que es necesario actuar con rapidez para evitar interrupciones en la gestión de desechos peligrosos.
La oposición a la importación de desechos tóxicos ha crecido en Canadá, especialmente tras una investigación del The Guardian y Quinto Elemento Lab que reveló que Estados Unidos envía más de un millón de toneladas de desechos peligrosos a Canadá y México anualmente. Este tema se ha vuelto aún más sensible debido al descontento generalizado en Canadá con las políticas de la administración Trump, incluyendo los aranceles y las declaraciones sobre una posible anexión de Canadá.
Grupos ambientalistas están exigiendo que Canadá deje de aceptar desechos peligrosos de Estados Unidos, aprovechando las tensiones económicas actuales para tomar una postura firme. Mientras tanto, funcionarios municipales insisten en proteger un área de 67 hectáreas de turbera y bosque donde Stablex planea expandirse, proponiendo en cambio un sitio alternativo propiedad del gobierno de Quebec.
Stablex, subsidiaria de Republic Services, opera en Blainville desde 1983 y en 2023 recibió miles de toneladas de suelos y lodos contaminados, así como sustancias peligrosas como cianuro, mercurio y ácido nítrico, provenientes de Estados Unidos y otras provincias canadienses. La empresa argumenta que ofrece una solución segura para la eliminación de estos desechos, pero críticos cuestionan si Canadá debe convertirse en el «basurero» de Estados Unidos.
El CEO de Stablex advirtió que, de no iniciarse la construcción de una nueva celda de almacenamiento para abril de 2025, la empresa podría enfrentar una interrupción del servicio, lo que podría llevar a la eliminación ilegal de desechos. La ministra de recursos naturales de Quebec defiende el proyecto de ley para la expropiación del terreno, mientras que organizaciones municipales se oponen, argumentando que viola los derechos locales y los objetivos de preservación de áreas silvestres.