La Corte Suprema de justicia, ha rechazado la solicitud de licencia de Ariel Lijo, impidiendo que asuma su cargo en el máximo tribunal sin renunciar primero a su puesto actual como juez federal.
Esta decisión, tomada por mayoría de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Manuel García-Mansilla, se basa en la incompatibilidad de la doble investidura judicial según la doctrina constitucional vigente.
A pesar de esta negativa, Lijo ha manifestado su intención de no renunciar a su cargo actual y esperar la resolución del Senado.
Su designación en la Corte está ahora exclusivamente en manos de la Cámara Alta, donde su pliego, ya dictaminado favorablemente por la Comisión de Acuerdos, se encuentra demorado tras un escándalo relacionado con la criptomoneda $LIBRA.
El presidente Milei ha defendido enérgicamente la constitucionalidad de los nombramientos en comisión por decreto, argumentando que la propia Corte avaló esta práctica al tomar juramento a García Mansilla.
Sin embargo, la designación de jueces por decreto genera incomodidad incluso dentro de la Corte, recordando que nombramientos anteriores bajo este mecanismo solo se concretaron tras obtener el acuerdo legislativo.
En las próximas horas, el Senado podría definir el futuro de Lijo en la Corte Suprema, en medio de tensiones y debates sobre la independencia judicial y el equilibrio de poderes en Argentina.