La vicegobernadora de Mendoza, Hebe Casado, ha generado controversia por su postura en torno al aniversario del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976. A diferencia del gobernador Alfredo Cornejo, quien ha enfatizado la importancia de recordar el terrorismo de Estado y honrar a las víctimas, Casado ha decidido alinearse con la narrativa del gobierno nacional de Javier Milei.
En sus redes sociales, Casado ha compartido un video de la Casa Rosada que promueve la idea de una «memoria completa». Este concepto busca incluir no solo los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado, sino también actos de violencia perpetrados por organizaciones armadas. La vicegobernadora ha apoyado este enfoque argumentando que las nuevas generaciones tienen derecho a conocer la historia desde una perspectiva basada en evidencia, no en conveniencia.
Casado ha replicado mensajes que cuestionan la cifra de 30.000 desaparecidos y sugieren que el terrorismo de Estado no comenzó en 1976, sino que se intensificó desde 1974. Su postura ha sido criticada por aquellos que consideran que minimiza la gravedad de los crímenes de la dictadura y puede contribuir a una revisión histórica que erosione el consenso sobre la memoria.
Nos fue una guerra.
— Natalio Mema (@NatalioMema) March 24, 2025
El terrorismo de Estado no empezó en 1976, empezó en 1974, se agudizó junto con el ataque a la Democracia.
El Estado tiene el monopolio de la fuerza y las herramientas para combatir legalmente los levantamientos armados que se generan dentro del país. Juicio y…
Esta diferencia de opiniones entre Casado y Cornejo refleja un contexto político tenso en Argentina, donde la memoria histórica sigue siendo un tema polarizante. Mientras Cornejo busca reafirmar el compromiso con la democracia y los derechos humanos, Casado se presenta como una figura que apoya un enfoque más revisionista, alineándose con la agenda del actual gobierno federal.
La postura de Casado no solo ha generado reacciones dentro de su propio partido, sino que también ha suscitado debates sobre la forma en que se deben recordar los eventos de la dictadura y el papel que deben jugar las autoridades en la construcción de la memoria colectiva. Su decisión de no respaldar el mensaje de Cornejo podría tener implicaciones en su relación con otros miembros del gobierno provincial y en el clima político en Mendoza.