El Gobierno decidió congelar las conversaciones para avanzar con los nombramientos en la Corte Suprema luego de sufrir una dura derrota en el Senado. La falta de consenso político y las tensiones internas obligaron a frenar una decisión clave para el futuro del Poder Judicial.
El oficialismo buscaba acelerar los cambios en la Corte, pero la oposición logró bloquear la iniciativa en el Senado. Este revés refleja las dificultades del Ejecutivo para consolidar acuerdos en un escenario de fragmentación política.
¿Qué sigue?
Ante la falta de apoyo, el Gobierno optó por una pausa en las negociaciones. Mientras tanto, la oposición celebra el freno y exige mayor diálogo. El futuro de la Corte Suprema sigue en suspenso, en medio de un clima de incertidumbre institucional.
El estancamiento en la renovación de la Corte evidencia los desafíos de gobernabilidad en un Congreso dividido. ¿Lograrán las partes destrabar el conflicto, o se profundizará la parálisis?