La Iglesia Católica, a través del Monseñor Dante Braida, se opone a la propuesta de reducir la edad de imputabilidad de 16 a 14 años. Braida afirma que encarcelar a menores no aborda las causas de la delincuencia juvenil. En lugar de medidas punitivas, propone ofrecer oportunidades de recuperación y prevención.
El obispo destaca la necesidad de un enfoque integral que involucre a diversos sectores para entender por qué jóvenes tan pequeños cometen delitos graves. Además, advierte sobre las deficiencias del sistema actual y la falta de recursos para construir centros adecuados para la detención de menores.
Braida también instó al presidente Javier Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a permitir más tiempo para discutir y buscar soluciones efectivas al problema. Enfatiza que la respuesta debe ser más amplia y reflexiva, evitando decisiones apresuradas.