La inflación en Argentina ha mostrado señales de desaceleración, alcanzando un 2,8% en abril, una mejora significativa respecto al 3,7% registrado en marzo. Esta tendencia es un alivio para el Gobierno, especialmente tras la volatilidad del dólar tras el levantamiento del cepo cambiario.
Según el INDEC, la inflación interanual se sitúa en 47,3% y en los cuatro primeros meses del año ha acumulado un aumento del 11,6%. Los sectores más afectados en abril fueron restaurantes y hoteles, con un aumento del 4,1%, y recreación y cultura, que subió un 4,0%. En contraste, el transporte y el equipamiento del hogar vieron incrementos mínimos, de 1,7% y 0,9%, respectivamente.
Las proyecciones para mayo son optimistas. Analistas apuntan a que la inflación podría continuar su tendencia a la baja, situándose entre el 2,2% y el 2,9% si se mantiene la estabilidad cambiaria. Datos preliminares indican que los precios de los alimentos, un componente clave del índice, permanecen moderados.
Esta tendencia a la desaceleración de la inflación sugiere que las medidas del Gobierno, como la reducción de precios en combustibles y la postergación de ajustes tarifarios, están comenzando a dar resultados. Sin embargo, la incertidumbre política relacionada con las elecciones de octubre podría generar presión inflacionaria en los próximos meses.
Con estos avances, el ministro Luis Caputo se prepara para compartir más buenas noticias en las próximas semanas, reforzando la esperanza de que la inflación siga cayendo y mejore la situación económica del país.