En un acto sin precedentes, 12 miembros de la junta del programa Fulbright han renunciado en bloque en desacuerdo con la intervención del gobierno de Donald Trump en la selección de becarios. Este escándalo pone en jaque la integridad de un programa que ha promovido el intercambio académico y cultural durante casi 80 años.
Los renunciantes sostienen que el gobierno ha usurpado su autoridad al negar becas a numerosos candidatos ya seleccionados. Además, más de 1.200 beneficiarios aprobados están siendo sometidos a un proceso de revisión no autorizado, lo que podría llevar a la cancelación de sus premios.
En un comunicado contundente, los miembros expresaron su preocupación por cómo estas acciones amenazan la misión del programa y los principios de libertad de expresión y académica. «Continuar sirviendo después de que el gobierno ha ignorado nuestras solicitudes sería legitimar medidas que creemos son ilegales», indican.
El programa Fulbright, establecido por el Congreso, busca fomentar la diplomacia y el entendimiento internacional. Sin embargo, la intervención del gobierno ha socavado el proceso de selección basado en el mérito, generando un clima de incertidumbre en el ámbito educativo.
La renuncia de estos miembros resalta la creciente tensión entre política y educación en Estados Unidos y plantea preguntas sobre el futuro de los programas de intercambio que han sido fundamentales para la construcción de puentes culturales y académicos en el mundo.
La comunidad académica observa con atención cómo se desarrollarán los acontecimientos en torno a este emblemático programa.