El 13 de junio de 2025, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron un significativo «ataque preventivo» contra Irán, justo cuando Washington y Teherán se encuentran en medio de negociaciones sobre el programa nuclear iraní. Este ataque ha suscitado preocupaciones a nivel internacional, dada su sincronización con discusiones diplomáticas críticas.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que tras este ataque se podrían esperar represalias, incluyendo ataques con misiles y drones contra Israel. En su declaración, Katz subrayó la necesidad de proteger a la población israelí de las amenazas que representa el programa nuclear iraní.
Las FDI informaron que el ataque se centró en múltiples objetivos estratégicos en Irán, relacionados con la infraestructura militar y nuclear. Según reportes, se utilizaron más de 200 aeronaves que lanzaron más de 330 proyectiles, alcanzando al menos 60 objetivos en diferentes provincias del país persa.
A raíz de los ataques, Irán ha realizado cambios significativos en su liderazgo militar, nombrando nuevos comandantes en la Guardia Revolucionaria Islámica y el Estado Mayor, lo que indica una posible reestructuración en respuesta a la escalada de tensiones.
La reacción internacional ha sido contundente. Moscú condenó enérgicamente la acción militar israelí, calificándola de inaceptable y destacando que tales conflictos no pueden resolverse por la fuerza, sino a través del diálogo pacífico. Además, la comunidad internacional está observando de cerca las repercusiones de este ataque, especialmente considerando la delicada situación en la región.
Desde Washington, el presidente Donald Trump declaró que estaba al tanto del ataque, pero aseguró que Estados Unidos no había participado en él. Sin embargo, expresó su esperanza de que Irán regrese a la mesa de negociaciones a pesar de la reciente escalada.
Este ataque no solo complica las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán, sino que también podría provocar un aumento de la violencia en la región. Los líderes mundiales están en alerta mientras la situación sigue desarrollándose, y las próximas semanas serán cruciales para determinar el rumbo de las relaciones entre Israel, Irán y Estados Unidos.