La reciente escalada del conflicto en Medio Oriente, marcada por los enfrentamientos entre Israel e Irán, ha generado un clima de incertidumbre en los mercados financieros globales, afectando directamente a las acciones y bonos argentinos. Los operadores advierten que, en el corto plazo, la cautela entre los inversores predominará mientras se evalúan las repercusiones de esta crisis.
A pesar de que Argentina había recibido noticias positivas, como la sorprendente baja del Índice de Precios al Consumidor al 1,5% mensual, el conflicto bélico ha eclipsado estos avances. Las acciones argentinas experimentaron caídas significativas, con pérdidas de hasta un 7% en dólares, arrastradas por la tendencia negativa en Wall Street.
Los analistas sostienen que la cautela global, exacerbada por la inestabilidad del mercado local y la incertidumbre política interna, afectará el desempeño de los activos argentinos. La situación se complica aún más con la condena a Cristina Kirchner, lo que ha generado un ambiente de desconfianza entre los inversores.
Martín Genero, de Clave Bursátil, explica que el fenómeno conocido como «fly to quality» está en juego, donde los inversores buscan refugios más seguros en momentos de crisis. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de activos como el oro, que ha alcanzado máximos históricos, mientras que los bonos del Tesoro de Estados Unidos han dejado de ser considerados un refugio seguro debido a la incertidumbre económica.
A pesar de la presión negativa, hay sectores que podrían beneficiarse de la situación actual. Las acciones de empresas vinculadas al petróleo, como YPF, podrían ver un repunte debido al aumento del precio del crudo en el mercado internacional.
Los expertos sugieren que los inversores deben adoptar una postura más conservadora ante la volatilidad del mercado. Aunque el impacto de conflictos bélicos en los mercados tiende a ser temporal, la escalada del conflicto podría tener consecuencias más duraderas si no se logra una resolución rápida.
En resumen, la crisis en Medio Oriente plantea desafíos significativos para el mercado argentino, obligando a los inversores a reevaluar sus estrategias y a mantenerse alerta ante un entorno en constante cambio.