Murica/España: En la apacible localidad de Torre Pacheco, situada en el sureste español, se ha desatado una tormenta de descontento que ha dejado a varios heridos en su estela.

La chispa de esta discordia se encendió tras un violento ataque a un pensionista de 68 años, quien, en un relato que ha recorrido las redes sociales como un eco perturbador, narró haber sido asaltado por tres jóvenes de origen norteafricano.
A pesar de la imponente presencia policial, grupos enardecidos, armados con palos y un fervor desmedido, se aventuraron por las calles en busca de aquellos que, a sus ojos, representaban lo extranjero.
La autoridad regional, aunque reticente a divulgar cifras exactas de los heridos, confirmó al menos una detención en medio de este tumulto.
El viernes, un intento de manifestación pacífica, convocada por el ayuntamiento, se tornó en un escenario de gritos y consignas anti-migrantes, alimentadas por elementos de la extrema derecha que, con la ferocidad de un rayo, clamaban por la expulsión de quienes consideran forasteros.
Un grupo, bajo el ominoso lema «Deportarlos Ahora», hizo un llamado a la violencia, augurando un clima de tensión que se cierne sobre la comunidad de 36,000 almas.
Fernando López Miras, el conservador líder del gobierno regional, instó a la calma, subrayando que «nada justifica la violencia», mientras que el alcalde de la ciudad, Pedro Ángel Roca Ternel, hacía un ferviente llamado a la serenidad entre los ciudadanos.
En un contexto donde la juventud española, representada por la ministra Sira Rego, condenó enérgicamente esta oleada de agresiones, responsabilizando a la «ultraderecha» por la agitación que ha manchado las calles de esta pacífica localidad.
La situación en Torre Pacheco es un reflejo inquietante de las tensiones que surcan la sociedad contemporánea europea y mundial, donde el miedo y la intolerancia encuentran terreno fértil en la desesperación y la frustración.