La División de la Policía de San Juan diariamente entrena caballos, algunos provenientes de situaciones de abandono, para que cumplan con tareas de seguridad, búsqueda o exhibición. Hoy, 10 equinos están en distintas etapas de preparación.
La División Montada, con 3 años de antigüedad y ubicada en la Villa Observatorio, está integrada por 17 efectivos y un veterinario. Su labor cotidiana combina disciplina, entrenamiento y un fuerte vínculo con los animales, eje central de la unidad.
Parte del trabajo incluye evaluar caballos que ingresan por orden judicial, ya sea por conflictos legales o situación de abandono. Estos animales son examinados por el veterinario y el equipo de jinetes, y si están en condiciones, comienzan un proceso gradual de incorporación a la división.
Los animales, en muchos casos desnutridos o al borde de la muerte, primero atraviesan una cuarentena obligatoria para descartar enfermedades como la anemia equina, que es altamente contagiosa. Luego se analiza si pueden integrarse a las tres ramas operativas de la unidad: seguridad, búsqueda o exhibición. Algunos equinos son polifacéticos y pueden cumplir más de una función.
Las tareas de seguridad comprenden patrullajes preventivos y operativos en eventos masivos. En la búsqueda, colaboran con la localización de personas extraviadas en operativos rurales o montañosos. La exhibición, por su parte, tiene un fuerte componente social: los equinos participan de actos institucionales, visitas a escuelas y eventos públicos, fortaleciendo el vínculo entre la fuerza y la comunidad.
Actualmente, hay 10 caballos en proceso de preparación, y varios de ellos ya están prestando servicio activo. Además, la división cuenta con 23 equinos, un mular y dos potrillos nacidos en sus instalaciones, de 1 año y medio y 8 meses, respectivamente.
El día a día en la División gira en torno al bienestar de los animales: se revisan sus condiciones físicas, se atienden posibles lesiones y se aplica un seguimiento sanitario constante. El vínculo entre jinete y caballo es central en la tarea, y según destacan, el equino es un animal que siente todo y se conecta profundamente con quien lo monta.
Una vez que los caballos llegan a edad avanzada o no pueden continuar con tareas operativas, son donados a centros de equinoterapia. Allí, continúan cumpliendo una función social fundamental, ayudando a quienes necesitan tratamiento con terapia ecuestre.
Este trabajo silencioso y dedicado pone en valor la importancia del cuidado animal dentro de la fuerza policial. La División Montada no solo suma seguridad en el territorio, sino que transforma historias en ejemplos de recuperación y servicio.