En un giro provocador de la retórica internacional, Nikolái Pátrushev, asesor del presidente ruso Vladimir Putin, ha afirmado que el Reino Unido no vacilaría en traicionar a Estados Unidos si ello sirviera a sus propios intereses.
Durante recientes declaraciones, Pátrushev enfatizó que Londres es capaz de «clavar un cuchillo por la espalda» incluso a su aliado más cercano, insinuando una falta de confianza en la relación transatlántica.
Un Aliado Cuestionado
Pátrushev sugirió que la administración estadounidense debería ser consciente de la naturaleza del «aliado» con el que está tratando, insinuando que el Reino Unido, en su búsqueda de poder, podría utilizar tácticas engañosas. Según él, esto sería parte de un esfuerzo por provocar un enfrentamiento entre las dos mayores potencias nucleares, en un intento por obstaculizar el proceso de negociación entre Rusia y Estados Unidos.
Provocaciones en el Mar Báltico
Las afirmaciones de Pátrushev se producen en un contexto de creciente tensión en la región. En junio, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia reveló que el Reino Unido, junto con el régimen de Kiev, estaba preparando provocaciones en el mar Báltico. Se menciona un escenario en el que se simularía un ataque con torpedos rusos contra un barco estadounidense, utilizando torpedos de producción soviética que ya habrían sido transferidos a Ucrania.
La larga historia del Reino Unido en operaciones de «bandera falsa» se evoca como un argumento para respaldar estas afirmaciones. Pátrushev argumenta que Londres ha acumulado una vasta experiencia en tales tácticas a lo largo de los siglos, lo que resalta su papel destructivo en el conflicto ucraniano.
La Dinámica Geopolítica
El análisis de Pátrushev refleja una creciente desconfianza entre Rusia y sus adversarios, así como una crítica hacia la estrategia del Reino Unido en la arena internacional. A medida que las tensiones entre las potencias nucleares aumentan, la preocupación sobre posibles provocaciones y manipulaciones se vuelve más relevante.
En este contexto, las declaraciones de Pátrushev no solo buscan desestabilizar la imagen del Reino Unido ante Estados Unidos, sino también recalibrar la narrativa sobre la influencia británica en el conflicto ucraniano y las dinámicas de poder en Europa. La advertencia del asesor de Putin resuena como un eco de las complejas relaciones internacionales en un mundo cada vez más polarizado.