Muestra de afinidad entre Trump y Putin

JOAN FAUS
Corresponsal en Estados Unidos
Diario el País
La afinidad entre Donald Trump y Vladímir Putin vivió este viernes un nuevo episodio. El equipo del presidente electo estadounidense difundió una carta que le mandó el mandatario ruso, en la que aboga por llevar a un “nuevo nivel cualitativo” la relación entre Moscú y Washington tras el deterioro de los últimos años. “Sus pensamientos son tan correctos. Deseo que ambas partes sean capaces de cumplir con esos pensamientos y no tengamos que transitar una vía alternativa”, dijo Trump en un comunicado sobre la misiva.

La carta se conoce al día después de que ambos políticos sugirieran que se deben reforzar las capacidades nucleares de los dos países, lo que contrasta con los esfuerzos de no proliferación de los últimos años.

Y a la semana siguiente de que la Casa Blanca acusara a Putin de estar al corriente del pirateo, que EE UU atribuye al Gobierno ruso, de correos electrónicos para tratar de ayudar a Trump en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre. Putin y Trump también coinciden en negar cualquier papel ruso en el robo de correos comprometedores para la excandidata demócrata Hillary Clinton.

“Deseo que después de que asuma la presidencia de Estados Unidos seamos capaces -actuando de una manera constructiva y pragmática- de tomar pasos reales que restauren el marco de cooperación bilateral en diferentes áreas, así como llevar nuestro nivel de cooperación en la escena internacional a un nuevo nivel cualitativo”, reza el texto del presidente ruso.

A los pocos días de la victoria del magnate inmobiliario, Trump y Putin acordaron por teléfono “normalizar” las relaciones entre los dos países y buscar una “cooperación constructiva”, según anunció entonces el Kremlin.

Durante la campaña, Trump elogió el liderazgo de Putin y su capacidad de control de Rusia, lo que choca con la doctrina del Partido Republicano. Y le lanzó guiños recurrentes: abogó por colaborar más con Moscú en la guerra siria, sugirió que relajaría la presión de Washington por las injerencias rusas en Ucrania y cuestionó el papel de la OTAN.