La primera fecha, aproximada, del uso de los actuales colores patrios, es la del 19 de mayo de 1810, ocasión en la que fueron utilizados por un grupo de mujeres que se entrevistaron con el Coronel Saavedra.
El error de atribuir a French la creación de la escarapela, posiblemente haya nacido de la tradición oral, recogida por Mitre mientras preparaba una de sus obras.
Una comisión oficial nombrada en 1933, explica que French, que para esa época contaba con 16 años, refirió a Mitre el acto de cintas el 25 de mayo, sin hacer mención de que esos colores eran divisa de dama y caballeros. Otra fuente de Mitre, militar, recordaba, que su jefe de 1810, había distribuido cintas entre el grupo a que pertenecía, pero no advirtió que tales colores ya eran usados como una tendencia.
El 25 de mayo de 1810 se difundió -entre los patriotas- el uso de la escarapela nacional. No apareció la decisión de usar esos colores como iniciativa de una determinada persona, sino como el producto de una actitud espontánea, adoptada sin previo acuerdo ni deliberaciones.
El 23 de marzo de 1811 la escarapela fue usada como distintivo de los opositores a la mayoría de la Junta.
El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano -mediante una nota- solicitó al Triunvirato que se fije el uso de la escarapela nacional.
El 18 de febrero de 1812 el poder constituido por el Triunvirato formado por Manuel de Sarratea, Juan José Paso y Feliciano Antonio Chiclana, en el que actuaba como secretario Bernardino Rivadavia, hizo saber al Jefe del Ejército Mayor que: «el gobierno ha resuelto que se reconozca y se use por las tropas la Escarapela Nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que deberá componerse de dos colores, blanco y azul celeste, quedando abolida desde esta fecha la roja que antiguamente se distinguía».
El Día de la Escarapela fue instituido por el Consejo Nacional de Educación, en el año 1935, y su celebración se efectúa el 18 de mayo.