En cuenta regresiva para la celebración del Congreso del 12 julio, el moyanismo se aleja cada vez más de la posibilidad de mantener a la CGT «unida» y se acerca a la «ruptura» sin remedio. Así lo dejó en claro el canillita Omar Plaini, ladero de Hugo Moyano e integrante de la mesa chica que encabeza el camionero. «La cosa está difícil, evidentemente, y se complica aparentemente la situación de encontrar una unidad, pero vamos a insistir hasta el 12 de julio, para evitar mantener una actitud rupturista o divisionista», afirmó el dirigente sindical a una radio porteña.
Según Plaini, las «declaraciones» de sus contrincantes «no colaboran con esto, pero cada vez que se produce el final de un mandato hay reagrupamientos y no demos por descartada la posibilidad de la unidad».
En las últimas horas, el Ministerio de Trabajo ratificó que intervendrá en la interna de la CGT en caso de presentarse una impugnación por parte de los opositores a Moyano. El sector de los «gordos», que agrupa a gremios de servicios, sostienen que el cronograma que desembocará en el cónclave de renovación de autoridades de la CGT está viciado por la presunta falta de quórum en la última reunión del Consejo Directivo de la organización. Esta presentación ya fue presentada ante el CD de la Confederación, pero Moyano no dio curso ni respuesta. Si el mismo planteo llega a manos del ministroCarlos Tomada podría derivar en una mediación al principio, una presentación judicial después y un escándalo político más tarde, que no descarta la intervención de la central obrera más importante del país.
«Lo que más lamentamos, por lo menos los que estamos dentro de la CGT, porque veníamos conversando acerca de esa posibilidad de haber realizado un congreso de dos días, no solamente renovando autoridades, nombres y hombres, sino haber discutido un programa de reivindicaciones como la CGT alguna vez supo elaborar como en Huerta Grande, La Falda y si vamos más cerca en el tiempo los 26 puntos de Saúl Ubaldini«, lamentó Plaini. «Me parece que nos merecíamos esa oportunidad pero lamentablemente quedamos enredados en esta cuestión de un mero cambio de autoridades», completó el canillita.
Ámbito Financiero reveló que la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, reconoció que la cartera laboral tiene «la obligación de intervenir» en un caso como el planteado por los «gordos» en la medida en que la objeción «fuera razonable».
Sobre los dichos del titular de Luz y Fuerza, Oscar Lescano, sobre la posibilidad de que ocurra una «batalla campal» en las elecciones del 12 de julio, Plaini consideró que esos dichos son «un acto de irresponsabilidad porque no puede ningún dirigente con responsabilidad manifestarse de esta manera». Para el moyanista, Lescano «incitó» a la violencia y «no corresponde».
«Son declaraciones lamentables, que sabrá disculparse el dirigente en su momento. No se corresponde, ni va a suceder nada de eso. (Lescano) no lo tolera la democracia, ni el mismo sindicalismo, ni pueden estar en el pensamiento de nadie», concluyó.
Este lunes, el gastronómico Luis Barrionuevo también avaló la ruptura. «Si arreglamos la unidad va a estar bien hecho. Al trabajador le importa eso, si no hay acuerdo, habrá dos CGT», afirmó el sindicalista disidente.
«En la CGT que se está armando hay gordos, flacos, barrionuevistas, aparece un (Antonio) Caló como el candidato en los medios, pero nada está dicho. El no es mi candidato ni es el de la (CGT) Azul y Blanca. Yo soy el candidato, los compañeros de mi gremio me apoyan», sostuvo Barrionuevo, quien es líder de la central paralela.
Además, Barrionuevo minimizó las advertencias de Lescano. «No nos preocupemos tanto por la CGT, no va haber tiros ni gases lacrimógenos».