Desde horas tempranas estuvimos en nuestros puestos esperando la hora señalada para entrar, previamente estuvo el pre entrenamiento de los guardias de civil encargados de evitar cosas como las que hicimos nosotros, la intervención a favor del agua en el carrusel de la Fiesta del Sol.
Llegado el momento nos miramos y entramos; teníamos la gigantografia escondida en una campera, de a dos era la idea pero me adelanté filmando, fue así que pasé varios agentes policiales que me dejaron pasar junto a mis compañeros; frente al palco se desplegó el gran cartel y mis tres compañeros se acercaron pacíficamente para darle voz a una tierra que sufre el saqueo y la destrucción, con energía en sus palabras pidieron a Gioja que pare con los proyectos mineros, que el futuro estaba en sus manos pero él hizo caso omiso extendiendo su mano inentendiblemente pero no se claudicó y se siguió con el reclamo, a mi grito de que si reconoce eso el gobernador minero cambia su semblante y con una sola seña dos de sus funcionarios que ya se sabe quiénes son por el vídeo ya publicado en este medio se abalanzaron sobre nosotros.
Nos quitaron el cartel, admitieron que nos reprimían y mi teléfono me fue quitado de las manos cuando filmaba los golpes que recibían mis dos compañeros. Bárbara y yo fuimos subidas al móvil policial trasladadas a la seccional primera y Leandro a la seccional cuarta, luego nos llevarían a la cuarta también y de nuevo nos “ depositarían “ ( término policial ) en la quinta pues en la comisaria cuarta no había personal femenino que nos cuidara, la agente que nos detuvo ya en el lugar nos pidió disculpas por el forcejeo y dijo tener que cumplir órdenes más allá de que esté o no de acuerdo con nuestra protesta, en todo momento el trato policial fue bueno para nosotras dos excepto por una agente que fue a vernos ( como tantos otros policías ) como si fuésemos un espectáculo de circo, en un momento dado se me dijo y palabras textuales “ sos una culiada que tenés que criar a tus hijas “ a lo que respondí que la lucha que hago es el ejemplo que les doy de la vida.
Ya en la quinta después de la revisación física se nos dejó solas y pude preservar mi celular que es donde tenía el vídeo de lo sucedido, fue un segundo donde corrí el peligro pero valía la pena guardar las pruebas de la agresión sufrida, pasamos la noche de forma tranquila y no así Leandro que en la seccional cuarta recibió maltrato psicológico, manipulación y hasta amenazas por parte de uno de los agentes.
Nuestra situación hoy en día es la espera, Bárbara ya declaró, faltamos Leandro y yo, luego la decisión del juez llegará a nuestro domicilio; cuesta creer que una manifestación tenga que ser castigada con cárcel, que la libertad de expresión no exista verdaderamente y que a escondidas se nos felicite, cuesta creer la impunidad de los que golpean y no piden disculpas siquiera, que en un gobierno donde no se para de luchar en contra de la violencia de género y este “ hombre “ sigue tranquilo caminando, que pasa con esta democracia fantasma que no nos deja decir no a la megamineria, que pasa con esta SOCIEDAD que le dio la espalda a sus coterráneos INUNDADOS en una fiesta patrocinada por un gobernador que tildó de mentirosos a los damnificados…que pasa San Juan.
* Fotos de los guardias de civil previo al carrusel.
Fotos y texto Natalia Vargas