Preocupados por la escalada inflacionaria, Mauricio Macri y su equipo económico apuran la letra chica de dos medidas que apuntan a contener los precios y las demandas salariales. Se trata del envío inmediato al Congreso de un proyecto para modificar los alcances del impuesto a las ganancias, que contempla una suba del 100% del mínimo no imponible y su actualización automática de manera anual, y de una convocatoria a sindicatos y empresarios a una suerte de acuerdo económico y social, cuyo eje central será el rumbo de las políticas vinculadas al empleo, la negociación salarial y la productividad.
Hubo dos episodios inesperados que avivaron la previa de las paritarias, uno de los grandes escollos que deberá enfrentar la gestión de Macri en el corto plazo. El primero fue el reconocimiento del futuro ministro de Trabajo, Jorge Triaca, de que los aumentos salariales estarán atados a la productividad de las empresas. El otro dato a tener en cuenta será el 28% que serviría como piso de las eventuales subas. La cifra no surgió al azar: el porcentaje apareció en la gacetilla de prensa que divulgó Cambiemos tras el encuentro que mantuvieron el jueves pasado el presidente electo y Hugo Moyano.
Con respecto al plan para contener los precios, que se dispararon desde el ballottage a la fecha, el ministro de Hacienda designado, Alfonso Prat-Gay, prometió revisar las subas y tomará el 30 de noviembre pasado como referencia, según precisó en una entrevista con LA NACION.
«La decisión del acuerdo económico y social está tomada. Falta definir cuándo», afirmó Triaca a LA NACION. Una posibilidad sería hacer el llamado el lunes próximo, en la Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), que reunirá a 1700 empresarios de todo el país y en la que expondrán Macri y parte de su gabinete.
El panel de la Conferencia Industrial prevé, además, otra figura: el inglés Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Nada es casualidad: Ryder, que es un sindicalista de raíz, fue invitado a disertar sobre diálogo social y su institucionalización.
«Ojalá el presidente lo anuncie en la Conferencia. La UIA viene propiciando desde hace años la institucionalización del diálogo social. Es necesario para conciliar y porque hay que relanzar la economía después de cuatro años de contracción del empleo. Los desafíos serán bajar la inflación, crear empleo y generar productividad y competitividad», dijo a LA NACION Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA.
En los sindicatos no recibieron con agrado que Triaca y los empresarios intenten colar la productividad y la competitividad en las próximas negociaciones salariales. «Va a ser una paritaria muy dura y demandante. Además, hay sectores que no pueden negociar por productividad, como los docentes. Todo indica que va a haber un ajuste», dijo a LA NACION Sergio Romero, jefe de UDA y secretario de políticas educativas de la CGT oficial.
Moyano, en tanto, habló de «sincerar la economía», pero ratificó su postura de paritarias «sin piso ni techo». El jefe cegetista no tomó bien la contramarcha macrista sobre la excepción de Ganancias del medio aguinaldo. «Podría ser retroactivo. Creíamos que la decisión estaba tomada y era un gesto para distender el fin de año», dijo un aliado del camionero.
Pablo Micheli, líder de la CTA Autónoma, se reunió con Triaca y le dijo que no estaba de acuerdo con el concepto de paritaria atada a la productividad. «No es aplicable a todos y así es más negocio para los empleadores que para los trabajadores», distinguió Micheli. Y señaló que el funcionario no pudo darle garantías de que se pagará un bono de fin año para los empleados estatales.
El ministro de Trabajo macrista insinuó que las paritarias deberían negociarse con la mirada hacia el futuro. Una postura similar trazó Funes de Rioja, de la UIA. Sin embargo, los gremios siempre plantearon discutir sobre la base de la inflación pasada. «Después veremos de cuánto es la inflación futura, pero el aumento no puede ser inferior al 28%», presionó el ferroviario Omar Maturano. Un dato: el gobierno porteño estima un aumento del 26% del ABL y las patentes, por lo que se intuye que ésa sería la inflación que prevé el macrismo para 2016.
«[Pediremos] un esfuerzo de compresión, es un esfuerzo que les vamos a pedir a todos los actores», dio pistas Triaca de su estrategia en una entrevista con El Cronista.
En persona, Triaca les dio detalles de su plan a empresarios y sindicalistas. Ya se reunió con sectores de cuatro de las cinco centrales obreras. Sólo le falta encontrarse con dirigentes de la CTA que lidera el docente Hugo Yasky, que ayer presionó por una compensación extra antes de las paritarias. Tampoco hubo un nexo con la izquierda sindical, que ya evalúa «plantarse frente al ajuste» con una marcha a los pocos días de la asunción.
El perfil aperturista de Triaca fue valorado por los sindicatos, ya que el kirchnerismo privilegió únicamente como sus interlocutores a las centrales que comulgaban con el oficialismo. Con su raid, el ministro lo que intentó es anticipar algunas medidas y reforzar los apoyos para cuando Macri tome el poder. En reserva, les aconsejó a los gremialistas que se ejerciten para hablar más de productividad y competitividad que de inflación y porcentajes. Los sindicalistas tomaron nota, aunque ya huelen un ajuste.
Mensaje de los portuarios para Dietrich
La Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra), que agrupa a los gremios del sector, aclaró que no le brinda su apoyo a ningún candidato en particular para el área de Puertos y Vías Navegables, dependiente del Ministerio de Transporte, que dirigirá Guillermo Dietrich.
Así lo señaló Julio González Insfrán: «La Fempinra no avala la designación de ningún funcionario en particular», dijo, luego de trascender el nombramiento de Jorge Metz para el cargo. Insfrán dijo que en las reuniones con Dietrich no se habló de nombramientos.
fuente LA NACIÓN