La agenda internacional que Mauricio Macri inicia hoy en Paraguay con su llegada a la cumbre de presidentes del Mercosur es apenas la punta del iceberg de un amplio periplo que lo llevará por el mundo en los próximos meses bajo una clara estrategia diplomática: reinsertar a la Argentina en el mundo, según la lectura que hace el Gobierno en detrimento del aislamiento que, entiende, dejó al país el kirchnerismo.
Macri intentará imponer en la cumbre del Mercosur una agenda propia con el reclamo por los presos políticos en Venezuela. Se tratará de un pedido tendiente a dar su propia impronta en la región y empezar a forjar su papel de nuevo líder en la región desde la centroderecha y ajeno al esquema bolivariano que imperó en los últimos 15 años. Pero su paso por la cumbre de Paraguay no es el único escenario en el que Macri buscará elevar su perfil internacional.
Según confiaron a LA NACION fuentes calificadas del Gobierno, el equipo de política exterior que conducen la canciller Susana Malcorra y el secretario de Planeamiento Estratégico, Fulvio Pompeo, ya tiene diagramada una ambiciosa agenda internacional para Macri en los próximos meses.
Luego de la cumbre del Mercosur, Macri viajará al foro económico mundial de Davos, que se realizará en Suiza entre el 20 y el 23 de enero. La Argentina dejó de asistir a ese foro desde la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada. «Davos es un lugar que te permite en 48 horas ver a varios presidentes y relacionarte con importantes responsables del mundo de la inversión en un solo lugar», dijo Macri hace unos días a algunos empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA). La intención del Presidente es buscar allí aliados potenciales que le puedan ofrecer financiamiento al país hacia el futuro inmediato y volver a mostrar al país como «un lugar creíble y predecible», dicen cerca del jefe del Estado. Los Kirchner dejaron de ir al foro de Davos, al que tildaban de «ultraliberal». En rigor, se trata de un espacio en donde se discuten lineamientos de la economía global y reúne a los CEO de las principales multinacionales y a jefes de Estado. Un destacado embajador de la Unión Europea expresó a LA NACION que «después de tantos años de ausencia de la Argentina sería una buena señal que Macri vaya a Davos y reinserte a su país en el mundo».
A la vez, fuentes calificadas de la Casa Rosada no descartan que eventualmente Macri aproveche ese viaje para hacer una escala previa en Roma para visitar al papa Francisco. Se trataría de la primera reunión con el Sumo Pontífice desde que Macri llegó a la Presidencia y serviría al Gobierno para alejar fantasmas sobre una relación congelada. La canciller Malcorra admitió en Nueva York un «pronto» encuentro de Macri y el Papa.
Por otra parte, el Presidente tiene previsto recibir en febrero a su par francés, François Hollande, que llegará a Buenos Aires en visita oficial. Hace muchos años que un presidente francés no visita la Argentina y la llegada de Hollande se encuadra en un gesto distintivo hacia el país. En el Gobierno creen que será una buena oportunidad para dialogar sobre la lucha contra el terrorismo teniendo en cuenta los ataques que recientemente sufrió Francia de Estado Islámico (EI). Macri puso en su agenda la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en el mismo plano. La canciller suele decir que el extremismo africano se sustenta con fondos del narcotráfico latinoamericano.
En marzo hay una doble agenda de Macri en Estados Unidos: por un lado, participará de la cumbre de presidentes por la energía nuclear y, por otra parte, podría reunirse con el presidente Barack Obama.
«Estamos trabajando a destajo para que haya una reunión bilateral de Macri y Obama en Washington», comentó a LA NACION una fuente diplomática argentina. El designado embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau, mencionó la necesidad de concretar esa reunión en lo inmediato para reordenar la agenda de ambos países. Y el embajador norteamericano, Noah Mamet, también se mostró confiado sobre un inminente encuentro de Macri y Obama.
A la vez, la agenda internacional de Macri lo llevará a la cumbre del G-20 que se hará en China en septiembre. Pero es muy probable que, antes de ello, el Presidente haya pasado en visita oficial por un país de Europa o por Brasil, un socio al que el nuevo gobierno quiere apuntalar y buscará profundizar ese vínculo al extremo. Por lo visto, Macri quiere dar un amplio espacio a la agenda internacional como distintivo claro de su gestión.
fuente LA NACIÓN