La empresa estatal de telecomunicaciones Arsat, una de las preferidas de la ex presidenta Cristina Kirchner, no logró escapar a los vientos del clima político que sopla desde que asumieron los nuevos gobiernos. El conflicto por la continuidad de los contratos de empleados del Estado también llegó a los pasillos donde se manejan los satélites argentinos.
Empleados de Arsat denunciaron ayer que los nuevos directivos de la empresa despidieron verbalmente a varios empleados. Algunas versiones indicaban que se trataba de 70 puestos, entre ellos científicos. Otras hablaban de 350, sobre un total de 550 trabajadores que se desempeñan en la empresa.
El presidente de la entidad, Rodrigo De Loredo, aseguró a LA NACION que las denuncias de los trabajadores son «absolutamente falsas». «Hemos tomado una primera decisión administrativa de apartar gerentes y jefes porque esos puestos hacen al gobierno de la empresa. Están diciendo que son 350 contratos, pero son 22 y a todos los que quisieron hablar les dimos las explicaciones del caso. No se tocó ningún científico», sostuvo el abogado cordobés.
De Loredo asumió al frente de Arsat hace menos de un mes. Durante la gestión anterior, la empresa integraba el Ministerio de Planificación. Tras la asunción de Mauricio Macri, pasó a formar parte del flamante Ministerio de Comunicaciones. Su titular, el cordobés radical Oscar Aguad, nombró al frente de los desarrollos de telecomunicaciones a De Loredo, su yerno, también dirigente de la UCR cordobesa.
«Estamos haciendo auditorías pormenorizadas porque no queremos cometer el error de desplazar de un rol a una persona insustituible. La empresa tiene recursos humanos de gran calidad, lo cual queda exhibido en dos satélites que orbitan en buenas condiciones. Queremos sostener a esas personas que hacen al capital humano de la empresa», enfatizó.
Ayer trabajadores de Arsat denunciaron que las desvinculaciones habían sido comunicadas verbalmente y que eran parte de una «persecución política».
«Se están haciendo las cosas muy desprolijas. Hay listas negras. De todos los que despidieron a ninguno le llegó el telegrama aún; fue todo de palabra», sostuvo en diálogo con este medio un trabajador de Arsat, que pidió preservar su identidad. Aseguró que lo echaron por su simpatía por el gobierno de Cristina Kirchner y aseguró que los despidos ocurrían en el sector comercial y el área televisación digital.
Mientras tanto, una polémica similar tiene lugar en otras áreas del Estado, tanto nacional como provincial y municipal. Trabajadores nucleados en ATE y la CTA Autónoma se manifiestan en contra de los despidos por diferentes vías. Y los distintos gobiernos -nacional, bonaerense y municipal- aseguran que todas las decisiones de sobre los contratos están justificadas.
Ayer, varios trabajadores de Arsat se movilizaron a la Plaza de Mayo para reclamar contra los despidos en el marco del acto de apoyo al periodista Víctor Hugo Morales, echado de radio Continental esta semana.
fuente LA NACIÓN