-Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer… Cada vez creo más en esa frase.
-Yo también, te amo!
Eran otros tiempos. Hace un año, Claudia Ercoreca (39), hoy acusada de matar a su mamá, escribía de ese modo en su muro de Facebook. Y así le respondía Germán Fitzi (30), su enamorada pareja, con quien no está casada formalmente aunque tiene dos hijos varones, de 2 y 3 años. La mujer, que está presa por el crimen de Lira Facchin (76), quedó ayer a un paso de ser declarada inimputable. Según las pericias médicas, delira y alucina, al tiempo que “es peligrosa para sí y para terceros”.
Ercoreca afronta una acusación gravísima por parte del fiscal de La Matanza Carlos Arribas, “homicidio agravado por el vínculo”, que contempla una pena de prisión perpetua. No obstante, los resultados psiquiátricos podrían favorecerla si se declara que es insana, es decir, si determinan que está loca.
Por lo pronto, anoche fue trasladada al neuropsiquiátrico de la Unidad Penitenciaria N° 45 de Melchor Romero, en las afueras de La Plata, luego de que lo autorizara la magistrada Carina Andrijasevich, a cargo del Juzgado de Garantías N° 6 de La Matanza, informaron a Clarín fuentes del caso.
Según la causa, la mujer dejó morir a su madre, al dejarla encerrada en su casa de Ramos Mejía, sin agua ni comida, sobre un colchón en el comedor. Facchin no podía desplazarse por sí misma, porque en noviembre había sufrido fractura de mandíbula y golpes en el cuerpo en un asalto que, ahora, se investiga si realmente ocurrió.
Cuando la Policía halló el cadáver de la mujer, el sábado pasado, una de las habitaciones estaba con la TV prendida con dibujitos. Según Fitzi, esto era porque así “absorbían los malos espíritus y entidades reinantes en la vivienda”.
El matrimonio y sus dos hijos estuvieron desaparecidos 28 días. La familia de Germán los vio por última vez el 29 de diciembre en su casa de Isidro Casanova. Pero el viernes 22 de enero, Ercoreca se presentó en la comisaría de Ramos Mejía y denunció que su madre había muerto por causas naturales. Después de eso volvió a desaparecer, hasta que la atraparon el martes último en la terminal de ómnibus de Santa Teresita. Estaba con su familia, a punto de abordar un micro en dirección a La Plata.
Ayer entró en escena Fernanda Herrera, la extravagante abogada que designó Ercoreca para defenderla (ver “Alfanito”…), quien cuestionó la hipótesis de los investigadores. Remarcó que si para el fiscal la mujer abandonó a su madre para dejarla morir, su marido tuvo que tener también “un grado de participación”. Por esa razón, reclamó “igualdad de condiciones” en sus situaciones procesales.
Fitzi le había dicho a Arribas que su mujer escuchaba “voces” que le indicaban “escapar”. Si no, “todos” morirían. “Lo que dice su pareja es que escuchaba voces que le decían que tenía que irse de la vivienda, que corría peligro, que habían espíritus que le hacían mal, que ella tenía que desaparecer, se tenía que alejar con su pareja. Son dichos y relatos de su pareja, no son de mi defendida”, replicó Herrera.
También, la abogada metió en escena a la enfermera que cuidaba a la mujer que luego murió. Pidió que sea llamada “a declarar y que aclare todos los puntos”. Asimismo, deslizó que Fitzi y la enfermera “están ligados” y “ya se conocían” previamente porque ambos practicaban el rito umbanda.
Los estudios que pidió Arribas a la Asesoría Pericial de La Matanza sobre la salud mental de Ercoreca fueron contundentes: padece “síndrome delirante alucinatorio con temática mística y mágica, con interceptación y actos de obediencia a la temática delirante”. Además, “es peligrosa para sí y para terceros”. Por eso, solicitó su “inmediata internación” en un neuropsiquiátrico. Esto implica que Ercoreca no volverá a prestar declaración indagatoria (el miércoles se negó a hacerlo), al menos hasta que haya otros peritajes, entre ellos un mapeo cerebral.
Los nenes del matrimonio ya quedaron a cargo del abuelo paterno. Es porque Fitzi, según el fiscal Arribas, por ahora “no tiene ningún tipo de problema psiquiátrico, no tiene delirios, pero es una persona influenciable que actuó por los dichos de la mujer y necesita un tratamiento urgente”. Ayer lo sometieron a distintas pericias, que hoy continuarán.
fuente CLARÍN