RÍO TURBIO.- Durante el kirchnerismo, la Sindicatura General de la Nación (Sigen) ya había advertido la falta de planificación y de estrategias en el Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT), que desde 2004 fue controlado por sucesivos interventores que reportaron en forma directa al entonces ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
El último informe de la Sigen es una sumatoria de críticas hacia la intervención saliente, en la que los auditores cuestionan la falta de controles, de inversiones, de estrategias y planificación, según consta en las 67 fojas a las que tuvo acceso LA NACIÓN.
Desde 2004, cuando ocurrió la tragedia en la que 14 hombres murieron atrapados en un incendio dentro de la mina, los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner decidieron insuflar fondos al yacimiento y dotarlo de una usina eléctrica a carbón, que debería proveer 240 megas de energía al sistema nacional.
Según datos de la empresa, el yacimiento posee reservas conocidas por 450 millones de toneladas de carbón, con un horizonte de producción que brindará sostenibilidad por los próximos 150 años. Esto, según documentos de la empresa, «es suficiente argumento para mantener la actividad del yacimiento, pensando también al mismo como una reserva estratégica hacia el futuro».
Para ello, el yacimiento -que había quedado derruido después de ochos años de concesión al empresario Sergio Taselli- debería abastecer con más de dos millones de toneladas de carbón al año a la usina hecha ad hoc. La energía se incorporaría al Sistema Interconectado Nacional a través de una línea de alta tensión. Esta línea es lo único que está listo. La usina está parada y el yacimiento tiene graves falencias.
El auditor interno del Poder Ejecutivo Nacional hizo una serie de observaciones en el último informe, desde los detalles técnicos de la administración hasta cuestiones operativas. El informe fue elaborado por la Sigen en marzo-junio de 2014 en la sede de Buenos Aires de YCRT, y se actualizó hasta el mes pasado.
El objeto del informe fue tener un estado de situación que permita tomar conocimiento de los principales aspectos de la gestión en cuanto a la implementación del Plan Estratégico, el Plan de Inversión 2005-2017, la definición de su forma jurídica y organigrama y el sistema de información de inversiones, entre otros puntos.
El principal problema con el que contaron los auditores fue la falta de información. «La tarea de relevamiento se ha visto limitada», dado que se aportó «documentación sin aprobación formal e incompleta», señalan, y detallan que no pudieron acceder «a un registro de inversiones y obras en curso para conocer el universo de las mismas».
El informe hace referencia a un documento presentado por la intervención denominado «Planificación Estratégica». Sin embargo, la Sigen observa «que no posee fecha de elaboración ni se encuentra formalmente aprobado»; tampoco indica plazos, ni responsables ni recursos para los planes de acción. También hace referencia al «Plan general YCRT 2011-2036», que establece líneas generales de acción pero, igual que el anterior, «no se encuentra firmado ni aprobado», y «no se realiza una evaluación del negocio en forma pormenorizada examinando la viabilidad económica y financiera, indicando los procedimientos para convertir esta oportunidad de negocio en un proyecto empresarial concreto».
Sobre las inversiones, claves para el desarrollo del enclave minero, hablan de la inexistencia de un plan que contemple detalladamente las necesarias y su realización en el tiempo. El informe también señala que las asignaciones de capital cuyo destino impacta en forma directa sobre el avance de obras «se fueron relegando, pasando del 82% al 31% del total de las transferencias (corrientes+capital)». En 2015, el 70% de los gastos eran transferencias corrientes (sueldos) y 30% de transferencias de capital (inversiones en obras).
Entre otros puntos se encontró que en los registros contables no existía un manual y un plan de cuentas, así se observaron errores en imputaciones: en el rubro «equipos de computación» se asignaron «una heladera, cafetera eléctrica, procesadora, tostador, plancha a vapor» entre otros.
En cuanto al «Plan General YCRT 2011-2036», los auditores encontraron «importantes desvíos respecto a la planificación». Así, mientras para 2015 se proyectaba la construcción de 9167 metros de galería, sólo se llegó a 2227. En cuanto a la producción de carbón, ya se había previsto que en 2013 la mina generaría 1.979.296 toneladas de carbón, cantidad ideal para la producción. Ese año se sacaron solo 153.427 toneladas, y en 2015, 48.812.
Larga historia de vaivenes
1943
Se abre la llamada Mina 1, que se caracterizó por la exploración geológica y los primeros trabajos de extracción. En 1946 se extrae la primera partida de carbón
1958
Por decreto presidencial se crea Yacimientos Carboníferos Fiscales
1993
Se privatiza el yacimiento y los servicios ferroportuarios por diez años a manos de Sergio Taselli con un subsidio anual de US$ 22,5 millones
2002
Eduardo Duhalde rescinde el contrato a Taselli en medio de denuncias de vaciamiento y reestatiza la empresa
2004
El 13 de junio 14 mineros mueren atrapados en un incendio en el interior de la mina. En noviembre Néstor Kirchner anuncia la usina termoeléctrica
2013
Anuncian que en diciembre se inaugura la usina, pero se posterga dos veces
2015
En septiembre Cristina Kirchner inaugura el primer módulo de la usina. Hubo un encendido de prueba. En noviembre se paraliza toda la obra.
fuente LA NACIÓN