En reserva, el Gobierno ya empezó a renegociar con Pekín uno de los temas que mayor polémica provocaron en los últimos años. Se trata de la construcción de una estación espacial de China situada en Neuquén, que podría tener un uso militar ya que la empresa estatal Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), que se encargará del control del lugar, depende del Ejército Popular chino.
La intención de Mauricio Macri no es anular el tratado que Cristina Kirchner firmó con Pekín y que fue ratificado por el Congreso en enero de 2015. Por el contrario, el Presidente instruyó a su designado embajador en China, Diego Guelar, y a la canciller Susana Malcorra que negocien en buenos términos con el gobierno de Xi Jinping los cambios en el tratado, con la idea de incluir una cláusula específica que derribe el eje de la controversia. Se trata de un artículo que el Gobierno quiere incluir en el acuerdo que establezca específicamente que la estación espacial, situada en la localidad neuquina de Bajada del Agrio, «no tendrá uso militar alguno». Esta mención no está incluida en el tratado que se firmó.
Macri quiere cerrar este frente con China antes de viajar en septiembre a Pekín para la cumbre de presidentes del G-20, cuando se reunirá con Xi Jinping.
El designado embajador argentino en China, Diego Guelar, ya tuvo varias reuniones con su par chino en Buenos Aires, Yang Wanming, y avanzó en este terreno tal como lo había conversado con Macri. Según pudo saber LA NACION, las gestiones diplomáticas se intensificarán desde los primeros días de marzo en Pekín, cuando Guelar llegue allí para empezar en concreto su mandato como embajador.
En reuniones reservadas el embajador Yang se mostró dispuesto a dialogar sobre los cambios específicos que busca hacer el gobierno de Macri. Claro que el tema será abordado en lo inmediato entre ambos estados y la canciller Susana Malcorra tomará cartas en el asunto ya que Macri viajará a Pekín en septiembre para la reunión del G20. Para ese entonces el Gobierno quiere tener cerrados todos los frentes con China, país al que considera un socio estratégico por el nivel de exportación de soja que ejecuta y por las inversiones que tiene proyectadas Pekín en el país.
Además del acuerdo por la estación espacial de Neuquén, el Gobierno está en etapa de «revisión» de todos los acuerdos que firmó Cristina Kirchner con Xi. Estos tienen que ver con planes de energía nuclear y proyectos de infraestructura. La Casa Rosada también evalúa frenar el proyecto de construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, adjudicadas a un consorcio encabezado por Electroingeniería, la china Gezhouba Group Corporation e Hidrocuyo.
Uso militar
El embajador chino en la Argentina reiteró en varias oportunidades que «no habrá uso militar de China en la estación espacial de Neuquén porque el proyecto es de uso pacífico para avistaje espacial». A la vez, la Comisión Nacional de Actividad Espacial (Conae), que es la contraparte de la Argentina en el uso del avistaje satelital, también desmintió en reiteradas ocasiones que vaya a existir un uso militar de la estación de Neuquén.
La Conae sólo podrá utilizar el 10% de tiempo del trabajo de la estación, es decir, «2 horas y 40 minutos por día para actividades científicas y tecnológicas». Pero tanto la letra chica del acuerdo de la Conae con CLTC como el pacto del Gobierno de Neuquén con China figuran en anexos reservados que no se hicieron públicos en el Senado.
Cuando el tratado con China por la estación espacial se llevó al Congreso para su aprobación, los referentes de la oposición cuestionaron la iniciativa. En su momento el propio macrismo hizo duras objeciones al acuerdo al igual que lo hicieron en reserva altos mandos de las Fuerzas Armadas, y varios diplomáticos extranjeros tienen sus dudas respecto del posible uso dual (militar y espacial) que se le pueda dar a la antena que China instalará dentro de 200 hectáreas en Neuquén para un proyecto que tiene una duración de 50 años con exención impositiva incluida.
El camino para hacer las modificaciones al tratado bilateral como quiere Macri no resultará sencillo más allá de las buenas intenciones de ambas partes. Es que si China no acepta los cambios y la Argentina decide dar por finalizado el tratado, el artículo 8, inciso 4 de ese acuerdo sostiene que para dar por concluido el tratado «la parte peticionante deberá notificar a la otra parte por escrito con al menos cinco (5) años de antelación».
En rigor, este y otros inconvenientes legales que presenta el acuerdo con China ya los había advertido en enero de 2013 la embajadora Susana Ruiz Cerutti, encargada de la Dirección de Consejería Legal del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dicol). Por medio del dictamen 11/2013, N° 1507/12 la funcionaria había alertado al entonces canciller Héctor Timerman del tema.
A su vez, Ruiz Cerutti dijo que se les confería a la empresa china «CLTC, a sus autoridades y a sus empleados en la construcción y operación de la misma, una serie de privilegios, derechos, facultades, exenciones y garantías de gran amplitud». Claro que estas recomendaciones que elevó la directora legal de la Cancillería eran no vinculantes y fueron desoídas por Timerman. Fuentes del Palacio San Martín dijeron a LA NACION que Ruiz Cerutti ya alertó sobre estas cuestiones a la canciller Malcorra.
El blog Eliminando variables reveló más detalles del documento de Ruiz Cerutti, aunque menciona consideraciones de la jefa de la Dicol que finalmente no estuvieron presentes en el texto final del tratado.
La extradición de Apablaza
El ex embajador de Chile en la Argentina Luis Maira advirtió que será «muy complejo» extraditar al ex guerrillero chileno Galvarino Apablaza, que desde hace 10 años posee el estatus de refugiado político otorgado por el Gobierno argentino. Será «muy complejo, largo y disputado dentro de Argentina», dijo. Apablaza es acusado por la justicia chilena de ser el presunto autor intelectual del asesinato del senador Jaime Guzmán.
Un acuerdo que despertó mucha polémica
Detalles del tratado de la Argentina y China
El acuerdo
Los gobiernos de Cristina Kirchner y Xi Jinping firmaron en 2012 un acuerdo para la construcción de una estación espacial en Neuquén, que fue aprobado por el Congreso argentino el año pasado. El acuerdo tiene 8 artículos y varios de ellos fueron objetados desde la propia Cancillería.
Contrapartes
La estatal china Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC) se encargará del control del lugar y depende del Ejército Popular chino. Del lado argentino, la Comisión Nacional de Actividad Espacial (Conae) sólo podrá utilizar 10% de tiempo del trabajo de la estación, es decir, «2 horas 40 minutos por día para actividades científicas y tecnológicas».
El lugar y el usufructo
La empresa china ocupará 200 hectáreas y se hará cargo del manejo de la estación con personal chino por 50 años.
La controversia
Tanto los partidos de la oposición al kirchnerismo como altos mandos de las Fuerzas Armadas deslizaron el riesgo de que la estación tenga un uso militar hacia el futuro.
La relación con China, en cifras
La Argentina mantiene un vínculo asimétrico con el gigante asiático
Intercambios
La mayoría de lo que importa la Argentina de China son bienes tecnológicos; lo que se exporta, productos primarios, provenientes del agro
4929
millones de dólares
Fue el déficit en nuestra balanza comercial en 2015 por el comercio bilateral con China
15
acuerdos bilaterales
Firmó Cristina Kirchner con su par chino, Xi Jinping, durante 2014. Se destacan la construcción de dos reactores nucleares, la construcción de dos represas y la estación espacial en Neuquén.
fuente LA NACIÓN