Protegido por un sector de la policía paraguaya y por algunos miembros de la organización narcocriminal brasileña Primer Comando de la Capital, Ibar Esteban Pérez Corradi seguía refugiado en las últimas horas en alguna de las mansiones levantadas en las más de 500 hectáreas de un lujoso country de Ciudad del Este, en Paraguay. Al prófugo, acusado en la investigación por el triple homicidio de la efedrina, lo buscan las fuerzas federales de seguridad de la Argentina que han enviado diversos grupos encubiertos para tratar de localizarlo.
Pérez Corradi tiene pedido de captura nacional e internacional dictado por un tribunal oral de Mercedes, en la Argentina, que lo acusó de ser el presunto autor intelectual de los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, cuyos cuerpos fueron hallados en agosto de 2008 en un zanjón de General Rodríguez.
Con la colaboración de un grupo de la policía bonaerense, Pérez Corradi logró eludir los allanamientos realizados por efectivos de la Gendarmería en 2012.
Si bien los investigadores argentinos sabían desde octubre pasado que Pérez Corradi se había instalado en la triple frontera entre Paraguay, Brasil y la Argentina, fue a partir del momento en que se elevó la recompensa de $ 100.000 a $ 2.000.000 que la zona comenzó a poblarse de policías paraguayos, personal de inteligencia de nuestro país y agentes encubiertos de la Agencia de Lucha contra la Droga de los Estados Unidos (DEA por su sigla en inglés).
Pero esa superpoblación de uniformados, agentes de inteligencia y antidrogas, alrededor del country en el que habría sido localizado Pérez Corradi, convirtió al prófugo argentino en una molestia para algunos jefes narcos brasileños que se refugiaron en el lujoso barrio cerrado para resguardarse de las peleas en las favelas de San Pablo.
Según indicó uno de los investigadores argentinos, esos narcos brasileños que hace por lo menos un año le franquearon el ingreso en el country a Pérez Corradi analizarían la posibilidad de facilitar su salida y quitarle la protección.
En caso de tener que abandonar el country, Pérez Corradi pediría ayuda a la familia de la mujer que lo acompaña en estos días, vinculada a una banda criminal que opera en San Lorenzo, cerca de Asunción.
Esa red protectora quedó en evidencia el viernes pasado, cuando la policía paraguaya que custodia el área comercial del country entregó a un canal de televisión de ese país el acta con los nombres de los investigadores argentinos que se habían instalado en Ciudad del Este desde hace quince días para capturar a Pérez Corradi.
Al tomar estado público los nombres de los agentes argentinos, el grupo quedó al descubierto y la operación se abortó. Una calificada fuente de la investigación explicó que el convenio tripartito permite a los efectivos de las fuerzas de seguridad de la Argentina, Brasil o Paraguay realizar tareas de inteligencia en los países, que suscribieron el tratado. Según el convenio, los agentes de inteligencia no pueden estar armados y cuando localicen al sospechoso deben identificarse ante la fuerza de seguridad del país en el que se realiza la búsqueda, para que sea la policía local en colaboración con Interpol la que proceda a la captura del prófugo.
Según explicó una fuente de la Agencia Federal de Inteligencia, el viernes pasado, minutos después del mediodía, los agentes que se habían instalado en Ciudad del Este y que sabían que Pérez Corradi se había refugiado en el country, recibieron un llamado en el que les avisaron que el prófugo estaba en uno de los restaurantes.
Entonces, con el objetivo de cumplir el protocolo, los agentes argentinos se presentaron en la comisaría local, donde se identificaron y detallaron que habían viajado a Ciudad del Este para colaborar en la detención del «buscado por Interpol, Ibar Esteban Pérez Corradi».
Cuando los agentes argentinos se dirigieron al restaurante donde estaba el sospechoso, advirtieron que la persona señalada no era Pérez Corradi. Los policías paraguayos detuvieron al sospechoso y le pidieron los documentos. En ese momento, los agentes argentinos, descubrieron que el muchacho era un cantante con la doble nacionalidad argentina y paraguaya.
fuente LA NACIÓN