El clima venía tenso y ayer empeoró. El ministro de Justicia, Germán Garavano, habló por radio sobre el futuro del caso Nisman y sus declaraciones cayeron muy mal en Comodoro Py, donde varios jueces federales ya le habían hecho sentir que no compartían sus planes. Sobre todo, las reformas que podrían afectarlos.
«Es muy difícil. Hoy no tenemos mayores garantías», respondió Garavano cuando en Radio La Red le preguntaron si creía que un eventual paso de la causa a la justicia federal generaría más garantías de investigación. Agregó: «Hoy tenemos una Justicia que goza de poca confianza en la comunidad. Justicia 2020 busca volver a reconstruir esa relación».
Al rato de esa entrevista, sonaron varios teléfonos en Comodoro Py. Era otro funcionario del Ministerio de Justicia que llamaba a los jueces en una estrategia de control de daños. Les dijo que Garavano había sido sacado de contexto. Que no hablaba de los jueces federales, sino de todos los jueces en general.
No convenció. En Comodoro Py miran al ministro con desconfianza. En los análisis de pasillo de sus declaraciones, un juez federal decía ayer que Garavano había hablado de más; otro, que les estaba mandando un mensaje.
La tensión no empezó ayer. La semana pasada, Garavano encabezó un acto para presentarles a los jueces su proyecto «Justicia 2020». Había muchos magistrados, desde Ricardo Recondo, presidente de la Asociación de Magistrados, hasta María Laura Garrigós, titular de Justicia Legítima. De los federales de Comodoro Py de primera instancia, asistió sólo uno, Sebastián Casanello; de la Casación, tres, Ángela Ledesma, Mariano Borinsky y Juan Carlos Gemignani; de la Cámara Federal, ninguno.
Hay un proyecto en particular que es resistido en Py, el que prevé la creación de un equipo nuevo de jueces contra el crimen organizado. «El fuero boutique», lo llaman con malicia. Serán diez jueces con jurisdicción para actuar en todo el país en un abanico de causas que incluyen casos de trata de personas, narcotráfico, lavado de dinero y asociación ilícita. Según Garavano, no afectará la competencia central de los jueces de Comodoro Py, que son las causas de corrupción. Pero varios creen que no está tan claro. «Es obvio que quieren licuarnos. ¿Para qué querían que fuéramos a ese acto si ya tenían el proyecto mandado?», dijo uno de los federales más combativos.
El nuevo equipo se formará con los jueces de instrucción (de la justicia penal ordinaria) que se anoten voluntariamente en una lista en la Cámara del Crimen. Después, sus nombres pasarán al Consejo de la Magistratura, prevé el proyecto de ley. Para integrar este equipo deberán ser aprobados por la mayoría del Consejo, mayoría que el macrismo tiene garantizada con sus aliados.
Horas después de la entrevista de la mañana, Garavano, que estaba de visita oficial en Córdoba, dio una conferencia de prensa en la que dijo que había sido «malinterpretado».
«Lo que señalamos es que no tiene nada que ver si interviene el fuero federal o la justicia nacional. Se supone que en ambas jurisdicciones las garantías están salvaguardadas», afirmó, y dijo que este gobierno no opinaba sobre las decisiones judiciales. Reiteró, no obstante, que «lamentablemente hay falta de confianza» de la gente en la Justicia, pero dijo que es en «determinados casos de trascendencia publica» que llegan a la población «a través de los medios».
Allí dijo algo más: que los jueces deberían pagar impuesto a las ganancias. Se trata de algo que el propio presidente de la Corte ya ha dicho también. El tema es cómo implementarlo para no afectar la «intangibilidad» de los salarios de los magistrados. Según Garavano, será un proyecto «a mediano plazo».
Germán Garavano
Min. de Justicia de la Nación
«Hoy no tenemos mayores garantías (…) Hoy tenemos una Justicia que goza de poca confianza en la comunidad»
fuente LA NACIÓN