El «efecto Brasil» ya provoca eliminación de turnos, suspensiones rotativas y retiros voluntarios en la industria automotriz argentina.
El golpe más inminente lo protagonizará Volkswagen. La firma alemana buscará eliminar un turno de 1200 operarios en su fábrica de Pacheco. Pero no es la única con problemas: Ford, General Motors y Fiat ya impulsaron planes de reducción de personal por la menor demanda desde el país vecino.
Ante este panorama, el Gobierno impulsa medidas para aliviar la situación. La semana pasada, por ejemplo, Mercedes-Benz lanzó la nueva Sprinter Combi, un vehículo de 10 a 20 pasajeros producido en la Argentina, y las trabas para limitar la competencia importada llegaron al instante.
El mismo viernes, el Ministerio de Producción presentó una nueva lista de más de 80 posiciones que, a partir de ahora, deberán tramitar una licencia no automática para importar. Entre otras, apareció una resolución que hará más lento el ingreso de «autos con capacidad de transporte igual a 10 personas».
Esa medida fue la confirmación de que, en tiempos de crisis, el Gobierno no teme cerrar la frontera para frenar la sangría de empleos. En plena recesión económica y crisis institucional, Brasil pasará de fabricar 3,6 millones de autos en 2013 a 1,8 millones este año, lo que implica un menor mercado de exportaciones para el país. Ésa es la medida del ajuste que ya vive la Argentina, su principal socio.
Los modelos ahora en desventaja frente a Mercedes-Benz, según relevaron ayer en el sitio Autoblog, son el Renault Master Minibús, Iveco Daily Bus, Hyundai H1 y el Kia Carnival. Son unidades provenientes de Brasil y Corea del Sur (éstos ya pagan un arancel extrazona del 35%).
Pese a las protecciones oficiales, Volkswagen prevé eliminar uno de sus tres turnos de producción en su planta de Pacheco. En cada turno hay unos 1200 trabajadores.
La intención de la firma era hacerlo la semana que viene, pero las conversaciones con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (Smata) dilataron la decisión para abril. «Se charla todos los días y las cosas van cambiando», contaron cerca de la compañía. LA NACION intentó comunicase con Smata, pero no obtuvo ninguna respuesta.
En Pacheco trabajan unas 5000 personas y la empresa planea abrir retiros voluntarios. Espera que se sumen unos 1000 trabajadores. La explicación siempre conduce a Brasil. «No podemos seguir fabricando autos si no tenemos clientes», dicen. El 50% de la fabricación de la Amarok y la Suran se exportan. El 80% de ese porcentaje va a Brasil. Ya existen desde hace meses, dijeron, suspensiones rotativas en la planta.
A comienzos de febrero, Volkswagen ya había anunciado en su planta cordobesa de autopartes suspensiones en un turno. Sería hasta fines de este mes. Se trata de unos 120 operarios que fabrican las cajas de velocidad MDQ200.
En Ford, que fabrica el Focus y la Ranger, unas 200 personas tomaron retiros voluntarios el año pasado. Ese proceso nunca se cerró, como es habitual. «Estamos viendo qué pasa», cuentan en la empresa. Ya hay charlas con Smata porque «la producción está bajando mucho y hay más gente de la que hace falta». Allí trabajan 3900 empleados en total. En la empresa norteamericana no sólo golpea la crisis brasileña, sino también la pérdida de competitividad frente a México, donde venden su pickup. En la actualidad, aún no hay despidos, pero sí algunos días en los que algunos turnos no se hacen.
A fines del año pasado, General Motors ajustó su personal con 240 retiros voluntarios. En la empresa afirman que en la actualidad no hay más que «algún retiro puntual», pero advierten que es muy difícil anticipar qué va a pasar de acá a fin de año.
Fuentes del mercado proyectan que la producción automotriz caerá este año 5,7 por ciento. En el Gobierno ven a Brasil como una gran preocupación desde dos dimensiones: como destino de las exportaciones argentinas, hay caídas de un 40% en el año. Como origen, la capacidad ociosa brasileña «es de un 50%», advierten. Para revertir la situación, apuestan a un plan de financiamiento de 0 km a tasas bajas y plazos largos, y a la nueva ley de autopartes.
En febrero, FCA (Fiat) suspendió a 200 trabajadores en su fábrica de Ferreyra por la falta de pedidos del Siena y el Palio desde San Pablo. «Es por Brasil», dijeron entonces desde la empresa. La firma italiana exporta el 60% de su producción a ese destino. Hubo además 500 retiros. Sin embargo, la firma de Cristiano Ratazzi promete una sorpresa: una inversión de más de US$ 650 millones para un nuevo modelo, que llegaría en abril. Mercedez-Benz también sumará personal para llegar a EE.UU.
fuente LA NACIÓN