Parece una novela de suspenso y tensión. A seis días de que Cristina Kirchner tenga que declarar por primera vez como imputada en una causa judicial hasta ayer no había designado abogados ante el juez federal Claudio Bonadio.
A esta altura ese retraso, se interpreta en tribunales, es una forma de la ex presidenta de mostrar su rebeldía ante la obligación legal de presentarse y jugar al efecto sorpresa ante el juez que fue a fondo en el caso Hotesur y la sala I de la Cámara Federal le sacó la causa justo cuando debía decidir si llamaba a indagatoria a Máximo. Desde el 25 de febrero Cristina fue notificada que tiene que ser indagada el 13 de abril. El Código Procesal Penal establece que tiene derecho a nombrar un abogado hasta el acto de la audiencia. En caso de que se presente sin abogados, el juez le nombrará al defensor oficial de turno. Ahora si no se presenta, también se le asignará un defensor oficial y otra fecha y se la pondrá otra fecha de indagatoria. De no cumplir con el segundo llamado, el magistrado deberá buscarla con la policía para que declare. Sin embargo, Máximo Kirchner afirmó que el miércoles próximo “se presentará”, mientras organiza una enorme movilización para apoyar a su madre frente a los tribunales de Comodoro Py. En un marco de amenazas y escraches contra Bonadio, el jefe de la seguridad ya pidió organizar un superoperativo para tratar de evitar de que haya incidentes. Sectores K están presentado, ridículamente, el caso como “una persecución” organizada por los fondos buitres.
Pero el misterio más grande es quién defenderá a Cristina. En fuentes judiciales se informó que el ex fiscal Luis Moreno Ocampo fue tanteado por el entorno de la ex presidenta y contestó que no tiene la matrícula de abogado habilitada después de haber sido el primer fiscal jefe ante la Corte Penal Internacional de Roma. Moreno Ocampo es íntimo amigo del ex canciller Héctor Timerman.
Mientras Cristina continúa recluida en su refugio de “Los Sauces” en El Calafate, también circuló el nombre del ex juez español Baltasar Garzón, quien fue asesor del Congreso durante el kirchnerismo. Pero debería haber hecho la revalida de su título y pedir la matrícula al colegio de abogados de la ciudad. Quizás ocupe un rol de asesor externo.
A quien se descartó es al ex miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni, porque se lo impide su rol de juez de la Corte Interamericana de Justicia.
Del grupo de discípulos de Zaffaroni, también circuló el nombre del ex número dos de la AFI y redactor del pacto con Irán, Juan Martín Mena. Mientras tanto, el ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, se defiende con abogados del estudio del ex procurador Bebe Righi y Kiciloff con el estudio de Acuña Anzorrena. Todos los acusados se apuran a nombrar abogados para defenderse mejor. En esta causa se observa como una especie de coordinación técnica de los que ya declararon diciendo que no hubo delito y que por lo tanto nadie tiene responsabilidad penal. Y seguramente, Cristina ya está siendo informado de cómo se perfila la causa.
fuente CLARÍN